viernes, 15 de agosto de 2025

Álvarez Gil.  rtSe trata de una cuadra ubicada entre Pellegrini y 25 de Mayo, en pleno centro de la ciudad. Nacido en una pequeña aldea española (llamada Bobadilla de la Soba Arriba, en la provincia de León), había llegado al ‘Muelle Maciel’ del naciente pueblo de Comodoro Rivadavia en 1912 junto a una hermana Juana, siendo apenas un adolescente, con 13 años. Dispuesto a forjar un futuro en una tierra que abría oportunidades para quien tuviera en sus genes el ímpetu del trabajo, hizo de todo, desde peón a lavacopas, trabajó en el hotel ‘Colón’, en plena calle San Martín. Su hermana, Juana Álvarez, terminaría casándose con el propietario de ese emblemático hotel, Teodoro Cereceda.

Con maestría, Daniel Alonso contó alguna vez los inicios de ese casi niño, que creció con el siglo y también con el pueblo:

“El primero de los Roque González fue quien recibió a este nuevo ‘galleguito’ que llegaba casi guacho -como tantos de nuestros abuelos- a estas tierras. El viejo patriarca lo vio a un costado del muelle Maciel aquel día de 1912, tan azorado como confundido, que lo cobijó. Lo alojó, lo alimentó y le prodigó sus primeras changas”, relató Daniel, en su columna ‘Los iconos y el timing’, publicada el 13 de febrero de 2009 por diario El Patagónico.

Con el tiempo, Gil Álvarez fundó su propio hotel, ‘El Español’, ubicado en 25 de Mayo y San Martín, que sufrió una explosión en sus calderas, alrededor del año 1937, que fue recuperado tiempo después, según evocaría Clara Riera, una de las últimas voces de aquellos tiempos iniciales, al momento de esta reseña histórica.

“Trabajaban a destajo, se lavaba la ropa a mano, no había heladeras y era necesario comprar las barras de hielo”, recordó la histórica vecina de la ciudad.

Gil Álvarez compró tierras en la zona de Lago Blanco, a los que llamó ‘La Elida’, en honor a una de sus hijas. Su espíritu emprendedor lo llevó a impulsar la construcción del primer edificio alto de Comodoro Rivadavia, el ‘Sportman’, ubicado en calle 9 de Julio, a fines de la década del ’50. Por iniciativa suya, también fueron construidos los edificios de Rivadavia 210 y el de Moreno al 800, frente al municipio.

Incansable actor social, su nombre se cuenta entre los fundadores de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada (8 de febrero de 1933) y de la Sociedad Rural (20 de mayo de 1937), se desempeñó también como concejal ad honorem, en tiempos del Concejo Municipal, en la década del 30.

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