sábado, 6 de julio de 2024
Centro de Comodoro Rivadavia Foto: Celso Rey García

En 1959 al influjo de los contratos petroleros, Comodoro Rivadavia dio el gran salto progresista, casi cuadruplicando su población. Se levantaron (casi improvisado por la urgencia) numerosos barrios y se inicio y terminó el gigantesco acueducto Sarmiento-Comodoro Rivadavia. A la vez que en lo privado se inicio la construcción de los edificios rascacielos, primeros en la Patagonia.

Así se materializó el anhelo del discutido general Ángel Solari, creador de la Gobernación Militar, que avizoraba para Comodoro Rivadavia una ciudad que sobrepasaría en pocos años los 100 mil habitantes.

Con respecto a la precisión exacta en la cuestión de las fechas que se citan en esos años de desierto casi total, y muy en especial cuando las mismas tienen un origen personal en base a memoria y las necesarias anotaciones, conviene aceptarlas con cierta cautela. Eran años en que la campaña del interior, recién comenzaba a poblarse y con escasos pioneros.

En los rudimentarios ranchos de barro, o campamentos a reparo de los montes, el almanaque para medir el tiempo era casi inexistente.

Algunos pobladores para llevar el control del día (a veces del mes) en que se hallaban, anotaban en cualquier papel o en la puerta del rancho, los días de la semana que luego iban tachando para suplir el almanaque. Pero esto motivaba que las fechas de un mismo acontecimiento y los días del mes con los de la semana, frecuentemente no fueran coincidentes entre sí, cuando varias de las personas que utilizaban dicho sistema, lo confrontaban entre ellos, aumentando las confusiones.

He presenciado casos repetidos en que, cuando distintos pobladores de una región se juntaban en el corral de alguno de ellos para ayudarse en tareas relativas a su actividad, y a la vez combinar la fecha en que debía realizarse idéntica reunión en tal o cual establecimiento similar y vecino, al confrontar entre si los distintos “almanaques caseros” que se había preparado, ninguno de los 5 o 6 que se exhibían coincidían con los restantes.

Y se dieron incluso casos de personas en cuyos “almanaques caseros” tenían anotada con un adelanto o atraso de 4 o 5 días la fecha de primero de año. Solo en caso de pagarés a plazo fijo ponían un especial cuidado en no equivocarse.

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