
Mientras el país se debate en la crisis energética, el yacimiento ubicado a 3 kilómetros de Comodoro Rivadavia ha comenzado a experimentar profundas transformaciones a raíz de la actividad desarrollada. El denominado valle A B, ubicado entre los cerros Hermitte y Veteau, se ha poblado de torres petroleras que, pese a la lentitud de la producción, han sembrado el agreste suelo.
En 1916, el yacimiento crea su propia comisaría. En 1917, se reemplaza el primer edificio de la administración, hecho en madera y cinc, por uno más moderno, construido con piedras de Cerro Dragón.
Con dureza y pese a la indiferencia oficial, la producción petrolera ha crecido, registrando un 45 por ciento de aumento de producción, en el período 1916-1919, aún insuficiente comparado con otros países.
Para el Gobierno, el petróleo debe financiarse reinvirtiendo sus propias utilidades.
Esto hace que los sueldos se mantengan bajos, descuidándose las condiciones de trabajo y de vida de los obreros petroleros. Empieza un tiempo de luchas en la explotación del petróleo.
Fragmento del libro “Crónicas del centenario”