jueves, 2 de octubre de 2025

Aunque la temporada de tulipanes despierta cada octubre un fenómeno turístico sin precedentes en Trevelin, la bonanza dura poco y deja al desnudo una crisis más profunda: la imposibilidad de sostener durante el resto del año un emprendimiento turístico en la cordillera chubutense.

Rubén Esquerra , propietario de la reconocida Hostería Cumbres Blancas de Esquel, lo sintetiza sin rodeos: “Tenemos casi todo vendido y bien, pero es un mes al año por ahora. No nos sirve, no nos sirve”.

Octubre vende, pero no salva el año

Con más del 80 por ciento de ocupación confirmada para octubre, empujada por la floración de los tulipanes -evento insignia de la comarca-, Cumbres Blancas vivirá un mes fuerte. Pero ese oasis estacional no logra compensar el resto del calendario.

“Este año no tuvimos ningún otro mes bueno. Julio fue inexistente porque no hubo nieve. Enero, febrero, marzo… todos un desastre. El año completo fue un desastre”, advierte Esquerra.

Históricamente, enero y julio eran los meses que sostenían económicamente a los establecimientos. En menor medida también febrero, marzo, septiembre y octubre. Pero en este 2025, nada funcionó. La falta de nieve en invierno terminó de sepultar las expectativas de recuperación.

Una estructura que no puede apagarse

Cumbres Blancas funciona con una estructura mínima de once personas: diez empleados más el propio Esquerra. La hostería tiene 22 habitaciones y para que el negocio se mantenga a flote necesitaría una ocupación promedio del 60 por ciento durante todo el año.

“Eso son unas 13 o 14 habitaciones ocupadas por día. Lo hemos logrado en otros años, y reinvertimos todo en mejorar la hostería. Pero con este panorama es muy difícil”, lamenta.

La hostería permanece abierta los 365 días del año, con personal disponible las 24 horas, lo que impide cualquier reducción drástica de costos operativos. “No hay forma de achicar más. Ya no hay forma”, afirma Esquerra.

Un destino en crisis

Más allá del impacto del clima, el empresario se mostró preocupado por la falta de políticas o estrategias que logren sostener la actividad turística fuera de temporada.

“No sé cuál es nuestro destino, no sé. Es preocupante en serio. Necesitamos que venga más gente, no sé cómo se puede lograr, pero realmente es difícil la situación”, expresó.

Con 76 años y más de cuatro décadas en Esquel, Esquerra comparte la hostería con tres socios más, todos en edad de retiro laboral. El establecimiento está en venta desde hace tiempo.

“Lucas Ruiz, el más joven, vive en Chile. El resto ya tenemos la etapa laboral cumplida. Si apareciera un candidato somos vendedores, por supuesto”, admite.

La incertidumbre del futuro

El éxito parcial de octubre no logra revertir el balance negativo del año. Para el verano que viene, apenas hay algunas pocas reservas. Y la necesidad de encontrar nuevos atractivos turísticos o propuestas sostenibles es más urgente que nunca.

“Seguiremos peleando. ¿Qué otra cosa sabemos hacer? Trabajar, seguir soñando… y también seguir sufriendo”, concluye Esquerra, con resignación, pero sin abandonar del todo la esperanza.

 

Nota elaborada en base a declaraciones a FM del Lago de Esquel

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