El presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), Agustín de la Fuente, volvió a poner en agenda el reclamo histórico del sector pesquero para que se eliminen las retenciones a las exportaciones, una medida que resulta clave para recuperar competitividad, sostener inversiones y evitar que la crisis se profundice en una de las principales economías regionales del país.
De la Fuente advirtió que, a diferencia de lo ocurrido con el agro y el petróleo, la pesca sigue sin ser contemplada en los esquemas de alivio fiscal que el Gobierno nacional aplicó de manera transitoria o permanente a otros sectores exportadores. “No se escucha hace mucho tiempo nuestro reclamo, pese a que hemos levantado la voz en cada oportunidad”, remarcó, y señaló que mientras se dictaron decretos para mejorar la situación de los granos o el trigo, la pesca quedó nuevamente relegada.
En ese contexto, explicó que el planteo fue elevado tanto al Gobierno nacional en el marco de las discusiones vinculadas al Presupuesto 2026. Según indicó, la intención es que la quita de retenciones al sector pesquero sea incorporada dentro de la discusión macroeconómica, con el respaldo de legisladores de distintos espacios políticos.
De la Fuente dimensionó el impacto concreto que tendría la eliminación de este tributo. El sector pesquero argentino exporta en promedio cerca de 2.000 millones de dólares por año y soporta una alícuota de retenciones que ronda el 6% para el conjunto de las especies. “Esto implica más de 100 millones de dólares anuales que hoy se van en impuestos y que podrían ser reinvertidos directamente en la actividad”, explicó.
“Ese dinero podría destinarse a inversiones, a la compra de maquinaria, a certificaciones y verificaciones que exige Prefectura, o a mejoras en plantas y embarcaciones. Todo sale del mismo lugar, porque no hay crédito”, sostuvo el dirigente empresario, al tiempo que remarcó que la carga impositiva no se limita a las retenciones.
En ese sentido, subrayó que los productos pesqueros argentinos también enfrentan aranceles en los mercados de destino. El caso más emblemático es el del langostino, que paga un 12% de arancel para ingresar a la Unión Europea. “Si sumamos todas las distorsiones, no competimos en igualdad de condiciones con otros productos que se colocan en el mundo”, advirtió.
De la Fuente también cuestionó la contradicción que, a su entender, existe en la política nacional: por un lado, se impulsa la generación de divisas, pero por otro se mantiene una estructura impositiva que asfixia a una actividad netamente exportadora. “Hace más de dos años se prometió quitar las retenciones a todas las economías regionales. Cumplir con la palabra empeñada también es parte de generar previsibilidad”, señaló.
Consultado sobre los próximos pasos, el titular de la CAPIP aseguró que el sector continuará insistiendo para que el reclamo sea escuchado y forme parte de las negociaciones políticas en el Congreso. Si bien reconoció como positiva la gestión provincial en otros frentes, como el petrolero, advirtió que la pesca sigue atravesando una situación crítica. “No queremos llegar a situaciones límite. Cuando estallan los conflictos recién ahí se empieza a mirar la realidad del sector, y eso afecta a toda la sociedad”, sostuvo.

