“Con el actual esquema salarial, cada barco langostinero pierde alrededor de 150 mil dólares por viaje”. Así lo advirtió el presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP), Agustín De La Fuente, al describir la crítica situación que atraviesa la industria pesquera argentina, paralizada por un conflicto salarial con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
“La ecuación es inviable. El mercado internacional paga 5,50 dólares por kilo de langostino, pero el costo operativo para capturarlo es de 6,50. Ya salimos perdiendo un dólar por kilo. Si un barco trae 100 toneladas, las pérdidas son enormes”, explicó De La Fuente.
El punto de conflicto está en un convenio colectivo que, según el dirigente empresarial, tiene más de dos décadas y fue diseñado para una realidad muy diferente, cuando el precio del langostino superaba los 12 dólares por kilo. Hoy, con costos operativos elevados y un mercado deprimido, el modelo económico de la actividad no se sostiene.
Mientras CAPIP logró acuerdos salariales con otros sindicatos, la negociación con el SOMU sigue estancada. “Propusimos una adecuación del 22%, en línea con lo firmado con otros gremios, pero el SOMU no acepta. Además, hubo amenazas a trabajadores y decidimos no embarcar gente hasta que haya garantías de seguridad”, señaló.
Actualmente, más de 130 barcos congeladores están afectados por el conflicto. El costo laboral representa más del 60% de los gastos operativos, el doble del promedio histórico. Según De La Fuente, algunos salarios superan los 10 millones de pesos mensuales, dependiendo del puesto a bordo.
A este escenario se suma la competencia global, con un mercado saturado por el crecimiento de los camarones de cultivo. “Hoy hay muchos más productos disponibles y los consumidores tienen otras opciones. Si no nos adaptamos, nos quedamos afuera”, advirtió el presidente de CAPIP.
De La Fuente insistió en que la voluntad de diálogo sigue abierta, pero alertó que la intransigencia del SOMU y la falta de una mediación efectiva agravan el conflicto. “El acompañamiento del gobierno provincial no ha sido suficiente para destrabar esta crisis. Estamos en una situación límite”, concluyó.