jueves, 17 de abril de 2025

La semana pasada, el presidente norteamericano Donald Trump anunció la implementación de un sistema de arancelamiento recíproco -que igualará los aranceles que pagan los productos estadounidenses en el exterior- y encendió alarmas en la industria pesquera.

El presidente de la Cámara Pesquera Patagónica (CAPIP), Agustín de la Fuente,  expresó su preocupación por el impacto que esta medida puede tener en las exportaciones del sector, que durante 2024 envió a Estados Unidos productos pesqueros por un total de 170 millones de dólares, principalmente langostino y merluza, muchos de ellos con alto valor agregado.

“El 10% de arancel por producto por ingresar es muy complejo, y más todavía porque la mayoría de los productos que ingresamos a Estados Unidos tienen mucho valor agregado”, explicó De la Fuente. Se refiere a productos como el langostino pelado y desvenado, especialmente preparado para el consumo inmediato, que responde a nuevas exigencias del mercado estadounidense: envases pequeños, sin olores y fáciles de almacenar.

Este cambio en la política comercial estadounidense llega justo después de la finalización de la feria de Boston, donde los productos chubutenses fueron muy bien recibidos. “Esta medida viene a sumarle un problema más a un mercado que estamos tratando de desarrollar, recientemente ha terminado la feria de Boston, donde las expectativas fueron muy buenas, donde las exigencias y sobre todo las novedades fue la exposición de la certificación de langostino costero, donde la pesquería pudo tener esa relevancia”, indicó De la Fuente.  “Esto no deja de ser algo negativo para el sector”, lamentó, al tiempo que advirtió sobre la incertidumbre global que afecta las decisiones del consumidor final.

La medida no sólo afecta a Argentina. Otros países exportadores de crustáceos, como Vietnam, Perú y Tailandia, también verán encarecidos sus envíos, lo que abre un nuevo escenario de competencia internacional. “Ecuador exporta más de 1500 millones de dólares de su camarón de cultivo, y estos aranceles también le impactan en los competidores como Vietnam, Perú, Tailandia, y ellos lo ven como una oportunidad. Ahora, será la guerra del camarón de cultivo, y nosotros podemos tener una oportunidad”, reflexionó el titular de CAPIP.

Conflicto con el SOMU

A este panorama se le suma el conflicto sindical que afecta al sector desde hace semanas. La disputa con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) ha paralizado gran parte de la flota pesquera. Pese a algunas señales de reactivación, De la Fuente minimizó la posibilidad de una pronta solución: “Un resfriado no es pandemia. De 113 congeladores disponibles para la zafra, hasta ahora solo salió una embarcación”.

El sector enfrenta así una doble crisis: por un lado, la amenaza externa de nuevos aranceles y mercados inestables; por el otro, tensiones internas que paralizan la actividad. “No dejamos de ver este festival de malas noticias”, concluyó De la Fuente, aunque dejó abierta la puerta a una posible reorganización del comercio internacional que podría redefinir las oportunidades para la pesca argentina.

 

Nota elaborada en base a declaraciones a Redacción 20, de LU20 Radio Chubut 

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