sábado, 22 de noviembre de 2025
Antiguo canal de riego

Los que más hacíamos de chicos, era andar y jugar por las chacras… Por ejemplo, el tiempo de la trilla ¡era tan lindo! Esos días nos levantábamos a las cuatro de la mañana, al silbato de la trilladora llamando a trabajar. ¡Era una fiesta! ¡Y también una fiesta de la amistad! Ellos tenían un alto sentido del trabajo cooperativo.

Así limpiaban los canales de riego antes de tirar el agua cada año. Llevaban sus arados, sus palas, y limpiaban la zanja… Hasta que se hizo cargo Agua y Energía a partir de 1946. Creo que nunca fue tan eficiente como entonces; creo que todavía deja bastante que desear. Un grupo iba y araba por adentro con la pala a caballo, y otro grupo con las palas tiraba a las barrancas… En 1946 nacionalizaron casi a la fuerza; transfirieron a lo que en ese tiempo se llamaba Administración General de Agua.

Los agricultores nunca estuvieron de acuerdo con eso. Se podría decir a favor que después se construyó el dique Ameghino y se regularon las aguas pero… A mí me han quedado grabada muchas cosas de la niñez que valdrían la pena reflotarlas hoy en cuanto a cómo vivía la gente en ese entonces. Bueno, nosotros en cuanto a ropa se vivía bastante pobre, pero comida y todo eso salía todo de las chacras; jamones, tocino, chorizos duraban todo el año… los dulces, las tortas… el pan casero. ¡También la manteca se hacía en la casa! Uno de los entretenimientos nuestros era ir al monte a juntar jarilla, a la loma para que mi mamá calentara el horno para el pan, y de paso teníamos leña para la casa ¡Así que hacíamos una excursión!

Yo podría nombrar casi todos los vecinos de Dolavon en aquel entonces. Los Bonnavía, los Herrera… Molina que tenía hotel y yo pienso que ese hotel constituía una gran función social. ¡Otro hotel en aquel entonces lo tenía el viejo Araña el padre de Enrique. El otro lo tenía Bonavía y el de mi tío Abrahams y todos estaban siempre llenos. ¡Venían del valle a caballo y se quedaban toda la noche!

Yo recuerdo que allá por el 40, 41, 42 más o menos, la época de los garbanzos en 28 de Julio que fue buena para ellos porque ganaron muchas plata… Ahí yo vi los primeros coches 0 kilómetros. Pero la mayoría venía a caballo, ataban los caballos a los palenques en las argollitas que todavía están allí en Dolavon. Estaban en la pared o en la vereda y otras en el poste.

Las fiestas y las carreras de caballos

Después recuerdo las fiestas, el 25 de mayo, 9 de julio y el 28 de julio ni hablar! El 25 de mayo había carreras de caballos. Había diferentes tipos de caballos: estaban los caballos mestizos que eran medio cruzas con pura sangre que eran los que corrían casi todos los chacareros. Me acuerdo que en una carrera mi viejo en la última legua hasta Dolavon venía … no sé… con catorce caballos de retraso…. Y llego tercero… atrás de los caballos mestizos!

Después en otra carrera que venía ganando, la gente por el entusiasmo se amontonaba a los costados de la llegada como en todas las carreras, y el caballo se espantó y atropelló y apuntó para el público, y mi viejo le pegó con el rebenque en la cabeza al caballo, el caballo se cayó y mi viejo cayó parado. Si no, atropellaba a la gente.

En realidad, se corría por cualquier cosa… Mi viejo nunca llegaba con los premios a la casa… se los regalaba a cualquiera, a los chicos en el camino. ¡Y hay un juego de té que creo que lo tiene mi hermana acá! ¡Creo que fue lo único!

Había otras carreras… de vagonetas, de embolsados, de sortijas, cinchadas de caballos con caballos percherones. ¡Mi tío Willis, tenía flor de caballos! Entonces se llenaban las bolsas de arena para ver quien cinchaba más, y sino se cinchaba en tres caballos. Después había maratones. Ya había llegado Edmundo del Castillo un tipo que marcó una época. Allí aprendió a correr Julio Sastre ¡allí se hicieron torneos de atletismo por primera vez y muchos deportistas, se formaron con Castillo! Se corría adentro de la cancha no sé cuántas vueltas. ¡Era la vieja cancha de fútbol de Dolavon y Castillo era agente de policía que tenía una motocicleta que para nosotros era extraordinaria!

 

Texto de “Los ferroviarios que perdimos el tren” – Testimonio de Gilberto Hughes

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