domingo, 16 de noviembre de 2025
Vista de Esquel en los años 20

Desde el inicio del siglo, varios médicos se fueron asentando en la localidad. El primero de ellos fue el Dr. Ercole Musacchio, de origen italiano; estuvo entre 1907 y 1910. ¿Quién era este primer médico? Poco se sabe de él, salvo que estaba vinculado al Ejército e iba de casa en casa a atender enfermos. Extraña la figura de este personaje del cual no hay fotografías ni descripciones. Andaba a caballo o en sulky, tratando de curar dolencias a domicilio en un pueblo sin comodidades sanitarias. Mas adelante el Ejército designaría al Dr. Roggero.

La Asistencia Pública carecía de partidas presupuestarias para derivaciones y compra de medicamentos; tampoco contaba con enfermeros. En 1943 ya estaba proyectado el Hospital de Esquel, construido luego con capacidad para 40 camas y servicio de cirugía. Una ambiciosa ampliación estaba consignada en el Primer Plan Quinquenal del gobierno Peronista entre 1946 y 1952. Se menciona al Dr. Fermin Manghi como el entusiasta director de dicha Asistencia desde 1938, sucediendo al Dr. Benito Buillin. No obstante sus esfuerzos, Manghi fue cesanteado (según el diario “Esquel”). Se pueden suponer razones políticas, seguramente derivadas del golpe de 1943.

En aquellos tiempos, la zona rural padecía de enfermedades como tifus, disentería, tos convulsa, tuberculosis, sarna, difteria, bocio y sífilis. Las enfermedades mencionadas demuestran el alto grado de miseria y atraso que caracterizaban a nuestra población en esos años.

La Maternidad y Centro Infantil fueron creados en 1938; la atención incluía copa de leche, ayuda solidaria con ropa y pan, asistencia domiciliaria: los esfuerzos se dirigían especialmente a la población más pobre, que crecía a la par de la ciudad. El 16 de mayo de 1941, “El Libre del Sur” dedicaba a este organismo dos páginas centrales con abundantes datos sobre su funcionamiento, que se exalta en virtud del profesionalismo de quienes allí trabajaban y de las dificultades que debían vencer a diario. Después de las cesantías políticas de 1944, el Dr. Enrique Korn se dedicó a la ampliación de este espacio, según la prensa de 1950, logrado por la adjudicación de sueldos renunciados por militares del ’43.

Es interesante leer entre líneas algunos artículos de los medios de prensa. Por un lado, se insistía en el esfuerzo pionero y el sacrificio de los habitantes, ubicando entre ellos a los apellidos ya reconocidos. Se mencionaba constantemente el progreso demográfico y económico de la ciudad. Pero poco se hablaba de la miseria circundante. Precisamente, conectado con el concepto anterior, la atención a enfermos, indigentes, y niños abandonados sólo apareció cuando comenzaron a actuar importantes instituciones creadas por medio de actividades solidarias y de la caridad pública, generalmente de manos y bolsillos de quienes realmente tenían mejor posición económica. En este marco, se fundó en 1937 el Patronato de Menores, motivado por el “…raquitismo, el abandono criminal, las enfermedades, y el pauperismo de muchos niños de la cordillera…”. Así, “…la idea contó con el apoyo de un núcleo de damas y del Juez Letrado, Dr. Ramón Castillo…”. El Patronato comenzó a funcionar en el espacio donde antes estaba la cárcel. El local era totalmente inadecuado, los niños dormían sobre cueros, la comida, donada por la cárcel, era mala, pero se esperaba solucionarlo. El “Esquel” edición 25º aniversario, 1950, comentaba significativamente: “Desgraciadamente en los primeros años existió un criterio equivocado sobre la finalidad del Patronato. Hubo quien creyó que debía ser una fábrica de mucamas. Muchos esfuerzos hubo que hacer para cambiar este criterio y no pocos sinsabores…”.

Fragmento del libro “Esquel… del telégrafo al pavimento”, de Jorge Oriola

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