martes, 2 de diciembre de 2025

La mención es un reconocimiento a la promoción, desarrollo y difusión de la ciencia, la tecnología y la innovación productiva otorgado por la comisión de Ciencia y Tecnología de la honorable casa legislativa nacional.

 

 

Impulsado por el INTA Esquel y la Fundación 500RPM, el proyecto “Frutillas del Viento” implementa energía eólica y solar para proporcionar acceso a la electricidad y el agua en zonas rurales aisladas.

De esta manera, impulsa el desarrollo de las comunidades rurales a través de una combinación de energías renovables, capacitación técnica y la producción de frutillas.

El INTA Esquel viene trabajando con la Fundación 500RPm desde el 2018, cuando se hicieron las primeras pruebas en la ciudad cordillerana. Las primeras plantaciones se hicieron en 2020 y en 2021 se comenzó a producir.


Luciana Proietti de la Fundación 500RPM, recibiendo la distinción en Buenos Aires, junto al equipo de Frutillas del Viento.

Actualmente hay más de veinte productores en actividad distribuidos en las localidades de El Hoyo, Gualjaina, Cholila Esquel, Trevelin, Costa del Lepá, Paso del Sapo, Paso de Indios y Tecka. Este año se sumaron Río Pico, Alto Río Senguer y Río Mayo.

Frutillas del Viento es un proyecto que tiene como objetivo transformar la árida y aparentemente improductiva región de la estepa patagónica de Chubut, Argentina, en un epicentro de producción hortícola. Busca impulsar el desarrollo de las comunidades rurales a través de una combinación de energías renovables, capacitación técnica y la producción de frutillas.

Eduardo Miserendino de INTA Esquel fue quien comenzó a trabajar en esta propuesta desde el minuto cero. Con la emoción propia del momento, destacó: “fuimos construyendo de a poco este proyecto. Tuvimos la suerte de encontrarnos con la fundación, de poder firmar un convenio desde INTA y, sobre todo, somos muy afortunados por haber podido armar un gran equipo de gente muy capacitada que hace que esto funcione”.


Imagen de la chacra “La Humildad”, de la familia Bravo en la zona de Tecka. Allí se producen frutillas agroecológicas.

“Haber recibido esta mención de honor, viendo la calidad de científicos
del CONICET, del INVAP, del área de la Medicina que estaban
en el evento, nos llena de orgullo”

 

El equipo de INTA Esquel está conformado por Martín Honorato, Cristina Dellacanónica, Camila Antiman, Eleonora Marciani, Walter Bobadilla, y de INTA Chubut participan Santiago Meza, Beatriz Contreras y Teresa López Burgos.

Por su parte, Luciana Proietti de la Fundación 500RPM, que estuvo presente en la entrega de la distinción en la ciudad de Buenos Aires, expresó: “estamos muy emocionados. Este trabajo fue postulado por la Senadora por Chubut Andrea Cristina y destacamos que es un premio compartido con INTA Esquel”.

“Nos llena de orgullo que nuestra labor llegue a tantas personas e impulse un cambio de paradigma a la hora de apostar por un futuro más sostenible en la región, además de posicionar las energías renovables en la agenda pública”

 


La fruta que se termina cosechando es de muy alta calidad, según explican los expertos en la materia.

El proyecto cuenta con una particular metodología de funcionamiento; combina el uso de la energía solar y eólica para garantizar el acceso a la electricidad y al agua en lugares de la estepa chubutense que se encuentran aislados.

Al mismo tiempo, produce frutillas de manera agroecológica como actividad alternativa, sostenible y de alto valor agregado para aquellas familias que se encuentran viviendo en la ruralidad.

Las frutillas producidas en la estepa ya muestran resultados excepcionales. El calendario de cosecha avanza actualmente en Paso de Indios, Paso del Sapo y Tecka, y pronto seguirán los cultivos de las zonas cordilleranas como Alto Río Percy, Los Cipreses y Trevelin.

Actualmente, son 22 los productores que se encuentran formando parte de “Frutillas del Viento”, con distintos niveles de avance; algunos ya llevan tres años de producción, otros dos y varios se sumaron durante el último ciclo. El proyecto amplió su alcance territorial gracias al trabajo articulado con otras unidades de INTA.

El proyecto consta de un cultivo que requiere atención diaria; por lo que es de vital importancia el factor climático y el trabajo de los productores.

El proyecto se enfoca también en el desarrollo de capacidades. Ofrece capacitación técnica a productores de la agricultura familiar, equipándolos con las habilidades necesarias para cultivar y comercializar frutillas de alta calidad. Además, se fomenta la formación de mano de obra calificada local a través de la fabricación de los aerogeneradores en escuelas técnicas.

Por último y no menos importante, el proyecto promueve la articulación multiactoral y multisectorial con la participación activa de las comunidades rurales involucradas, los municipios, instituciones locales y organismos públicos e internacionales.

Para quienes estén interesados en conocer más sobre esta propuesta agroecológica de la meseta y cordillera chubutense, pueden ingresar al sitio web oficial del proyecto: (www.frutillasdelviento.ar).

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