
El trabajo en las estancias de la Compañía, y sus características de contratación, forman también un lazo social que une sus destinos:
“El padre de Doña Segunda se llamó Marcelino Huenchunao, él era del norte, se crio solo ‘andando lejos de su familia’ Entre los años 1910-1915 llega a la zona acompañando a uno de sus tíos, en busca de trabajo. En ese tiempo los conchababan en la Compañía Inglesa de tierras como alambradores. A razón de esta situación varias otras familias igualmente se quedan en la zona como los Newen o Curiñanco. De la familia de su padre, Segunda tiene pocos datos. Su madre se llamaba Isabel Traima pero no la conoció. La mamá de Segunda se llamó Carmen Marinao, era hija de Segunda Acuipil y José Marinao. Por ambos lados Los Huilinao están emparentados con miembros de la Comunidad. Venancio, Calfupán, Fermín, Tranamil, etc. En efecto, el lote que en la actualidad le pertenece a su familia les corresponde por esta rama familiar, la mamá de Segunda.
Segunda Huenchunao contrajo matrimonio con Patricio Huilinao. Este era hijo de Julio Huilinao, su madre era María Venancio y tuvo nueve hermanos. Corría el año 1966 y a Patricio lo toman de peón en la estancia el Montoso, después de tres años lo nombran puestero y se lleva a su familia. Estuvo 25 años trabajando allí. Sus hijos eran chicos, Silvio tenía diez años, Gavino cinco y Horacio dos cuando se instalan. Victoriano nace en el puesto y luego llegaría Inés. Don Patricio falleció trabajando. A los días llega el gerente a decir que desocupen el puesto. Segunda pelea para que la dejen quedar en reconocimiento de todos los años entregados al trabajo. Los chicos estaban en el internado de Trevelin, ella no tenía donde ir, y deciden en familia retornar a Vuelta del Río. En el ínterin alguno de sus familiares ya la habían mandado a buscar. Cuando llega a la Comunidad está el comerciante El Kasen desalojando a las familias de Alberto, Floiran, Troncoso, Caledonio, y amenaza a otras con lo mismo. “les mandaba una cartita para avisarle que saquen sus cosas y la policía los llevaba al Maitén” recuerda hoy Doña Segunda.
Libro “Lelek Aike”, de Liliana Pérez