martes, 29 de julio de 2025

 

La Comarca Andina atraviesa un escenario climático que preocupa seriamente al sector ganadero. Roberto Hughes, productor de Trevelin, advirtió sobre el fuerte impacto que está provocando la escasez de lluvias y nieve en los campos cordilleranos, una situación que no solo compromete el ciclo productivo actual, sino que proyecta consecuencias graves a mediano plazo tanto para los establecimientos como para el abastecimiento de carne en toda la región.

“La verdad que ha cambiado muchísimo el clima. Cuando yo era chico, ya en mayo teníamos nieve en cantidad, y eso aseguraba una buena reserva de agua. Hoy hace años que no tenemos ni una buena lluvia ni mucha nieve”, explicó Hughes, y agregó que la falta de nieve en las zonas altas pone en riesgo incluso el suministro de agua potable para localidades como Esquel, que depende del deshielo. “Si no tenemos nieve arriba, Esquel va a quedar sin agua. Es un tema terrible lo que está pasando”, alertó.

A nivel productivo, el panorama ya comienza a ser crítico. “Las ovejas están débiles en plena época de preñez. No va a haber pasturas verdes, por lo tanto no va a haber leche ni recría. Va a haber menos corderos y terneros, y eso va a afectar la disponibilidad de carne para consumo”, aseguró el productor. La situación, explicó, impactará directamente en la rentabilidad de los establecimientos y en la reposición de hacienda.

El déficit hídrico se traduce en falta de pasto, que es “el combustible del animal para generar calorías, grasa y kilos de carne”. Esto no solo reduce la producción, sino que puede tensionar el mercado local de carnes con aumentos de precios. “Al mermar la producción, va a haber menos oferta. Y como estamos lejos, tenemos que traer carne desde zonas como Viedma, con fletes altísimos”, explicó.

Consultado sobre el abastecimiento actual, detalló que hoy la producción regional alcanza apenas “un 30% o 40%” de la demanda. El resto llega desde la zona norte del país, hasta ahora bajo la restricción de ingresar cortes con hueso. Sin embargo, el reciente levantamiento de la barrera sanitaria para carne con hueso empieza a modificar ese escenario: “Ya están entrando cortes como el asado desde la zona pampeana, pero eso también viene con un costo adicional por el envasado y el transporte”.

Además, Hughes señaló que la infraestructura actual no permite guardar carne para los meses de escasez. “A diferencia de otras zonas como Santa Cruz, que tienen cámaras para congelar carne en verano y abastecer en invierno, nosotros no tenemos eso. No tenemos frigoríficos con capacidad de almacenaje suficiente”.

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