A cabo de unos años, unos pescadores de lobos hallaron los probables rastros de la desafortunada tripulación del Denby en Punta Tombo, a unas 60 millas al sur de aquí, un reloj de plata, un cuchillo, un trozo de madera en la tierra como marcando el sitio de una tumba, y D. D. grabado en la madera. En esta calamidad la colonia perdió a 6 de los colonos más valiosos, es decir a Robert Nagle, capitán; George Jones, marinero; T. Dimol; James Jones; D. Davies, y Cadivor Wood, este último estaba por comisión de la Compañía Emigratoria asentada en Gales. Había a bordo de la nave 4 bueyes de tiro y una carga bastante buena de mercaderías secas.
Una tumba en el cementerio Moriah
A quien deambule “de lápida en lápida” por el cementerio de la capilla Moriah de Trelew, le llamará la atención la dedicada a la memoria de T. P. Evans. Lo primero que uno supone es que los restos de Dimol fueron en algún momento traídos desde Punta Atlas. Por su parte, M.H Jones (1998, IV: 31), posiblemente resumiendo un artículo de Y Drafod de diciembre de 1924 sobre la muerte de Elizabeth Pritchard, viuda de Dimol y luego de Berwyn, afirma que los restos del primero fueron sepultados en Moriah. Sin embargo, no hemos hallado ningún documento que mencione la búsqueda e inhumación de su cuerpo. En cambio, hemos oído de labios de la Sra. Gweneira Davies de Quevedo, bisnieta de Dimol, expresar en dos ocasiones, una de ellas en público (presentación del libro Mimosa, de Susan Wilkinson, Trelew, 29-08-2007) y otra en entrevista personal (27-07-2012), sus dudas sobre la historia del hallazgo de los restos, y afirmar que la tumba se halla vacía. Aunque el casamiento de Berwyn con Elizabeth Pritchard tuvo lugar recién al mes siguiente de levantado el sumario, lo cierto es no había por entonces pruebas físicas de la muerte de Dimol. Pero en 1872 el propio Berwyn fecha hacia diciembre de 1870 o enero de 1871 la denuncia del hallazgo de restos humanos que por los datos identifica con los del primer marido de su esposa.
Podemos imaginar que el fantasma del desparecido ha de haber perseguido a Berwyn, su gran amigo casado tempranamente con la viuda, por el resto de su vida. Habrá sido importante para él cerrar el caso… ¿qué mejor que intentar recuperar el cuerpo, y darle su debida tumba, en donde todos pudieran verla? ¿O, cuando menos, que crear un monumento a su memoria en el cementerio? Avala esta última posibilidad la ausencia de documentos que mencionen el traslado de los restos desde Punta Atlas a Moriah.
El examen de la lápida de Moriah nos quita las dudas. En ella leemos, en galés: “Thomas P. Evans Dimol, de 32 años. Perdido con el barco Denby en febrero de 1868. Inhumado en donde se halló su cuerpo en Punta Atlas”. Nuevamente no se deja constancia de la fecha del hallazgo, que, llamativamente, aunque habría tenido lugar casi dos años luego de la desaparición del Denby, no es mencionado en ningún documento de esa fecha, comenzando por el Registros de Diez Años (Berwyn, 1865-1875). Ni las investigaciones de Coronato (2002: 110-113) ni las de Norah O’Brien (descendiente de Margaret Evans, hermana de Dimol, en carta manuscrita de noviembre de 2011, y varias comunicaciones personales, han logrado una respuesta desde el Museo o el Gobierno de las Islas Malvinas sobre documentos contemporáneos o los objetos hallados en P. Atlas. La señora Gweneira Davies de Quevedo tiene razón: la tumba es un cenotafio: al menos, no contiene el cuerpo de Dimol, aunque sí el de su hija Gwladus, su nieta Gwladus Elisabeth y su nuera Elisa Elen.
CONCLUSIONES
Hemos intentado reconstruir la historia del Denby y sus viajes, que hemos intentado ordenar cronológicamente, aportando nueva documentación al lector en castellano. Con los documentos presentados confirmamos -aunque ya no era necesario- la lista de los colonos realmente desparecidos con el Denby.
Por otro lado hemos aprovechado para introducir ejemplos de mecanismos psíquicos modificantes de la memoria de los seres humanos, importantes factores modificadores de la Historia.
Hemos además contribuido a acercarnos a la fecha en habría ocurrido el tan mentado hallazgo del cuerpo de Punta Atlas, y hemos deducido que pudo ocurrir cerca de la Laguna Bahía Vera. Claro, el hecho de que los restos fueran hallados en dicha zona no implica que el naufragio tuviera lugar allí: lo más probable, como deduce Berwyn en 1872, es que ocurriera más al sur, y que el o los náufragos hayan caminado hacia el norte. Ello explicaría que en la carta a I. Williams, Berwyn narrara el hallazgo de una cruz con las iniciales “D.D.” en el Golfo San Jorge, aunque en 1910 afirmaría que la cruz se hallaba sólo algo al sur del cuerpo de Punta Atlas, lo que acrecienta las dudas, como la afirmación de Y Drafod (28-12-1893) y la de Lewis Jones (1898) de que lo que tenía grabadas las iniciales era un cortaplumas hallado con el cuerpo de Punta Atlas- que suponemos era el de Dimol por los botones del saco con que estaba vestido… aunque nada se opone a que otro náufrago se hubiera cubierto con él, especialmente si ya su dueño había muerto. Pero todas son elucubraciones, y es poco y nada lo que se ha avanzado en la investigación en 144 años.
Dejamos constancia de las dudas, sustentadas por la debilidad de los documentos probatorios contemporáneos, de la bisnieta de Dimol, la Sra. Gwenweira Davies, sobre que realmente se haya hallado el cuerpo de su ancestro. Por otra parte, como hay más de 600 kilómetros entre P. Deseado y la Colonia, creemos el cuerpo hallado allí pudo ser el de cualquier náufrago: nada prueba que fuera el de Nagle -como cree Berwyn-, que no sustenta su afirmación con más evidencias que la de que Wright “…me dio una descripción del capitán Negle”.
En definitiva, por ahora la desaparición del Denby con sus cinco tripulantes y su pasajero, T.C. Wood, deberá seguir siendo un misterio, que tal vez permanezca sin resolver para siempre.
Por David Williams, del libro “Chubut, tierra de arraigos”