sábado, 15 de marzo de 2025

Edificio de Correos y Telégrafos de Lago Blanco

Durante la primera época de la gobernación militar de Comodoro Rivadavia (1944-1955) Emilio Horber, administrador de la Estancia Valle Huemules, realizó diversas gestiones en la cabecera de correos de Comodoro Rivadavia para que se instale una oficina en Lago Blanco. Sin embargo, como el pueblo era demasiado pequeño, la posibilidad se tornó muy remota. Planteó la necesidad a los pobladores y se obtuvo un terreno en donación. Al edificio lo construirían dentro del ejido del pueblo, a la vera del camino de transito obligado. El mismo debía contar con una vivienda para el jefe o encargado. Para realizar los trabajos la Estancia disponía de un taller con fragua, un yunque, una bigornia y las correspondientes herramientas. Tras un mes de planificación, el horno de ladrillos empezó a funcionar. El capataz Lino Medina fue el encargado de la elaboración de los primeros 10.000 ladrillos. Mientras tanto, el contador Schulz se dedicó a los pormenores del presupuesto. Los materiales complementarios fueron requeridos en Comodoro Rivadavia. Una vez que se terminaron los planos comenzó el trabajo de carpintería y se contrataron albañiles y un carpintero especializado en la elaboración de puertas y ventanas. A fines de otoño se dieron los últimos retoques al techo, puertas y ventanas. Luego, con la llegada del invierno, la obra tuvo que ser interrumpida. Sólo restaba la pintura. Una vez pintado, en comparación con las construcciones de adobe del pueblo, el edificio se transformó en lo más parecido a un modesto palacete. Dos días después viajaron a Comodoro Rivadavia para gestionar la donación. Al contrario de lo que esperaban, el gesto fue recibido con indiferencia. Tras varios meses de espera, la donación fue finalmente aceptada y, seis semanas después, se inauguró la oficina de correos y telégrafos.

Destacamento de Gendarmería Nacional en el Hito 50

En su extremo Oeste, la Estancia Valle Huemules, limita con el vecino país de Chile. Allí, cerca del mojón que marca el Hito 50, a principios de la década del 40, una Comisión de la Dirección General de Ingenieros del Ejército Argentino seleccionó un terreno con el propósito de establecer un Puesto Fronterizo.

Emilio Horbel sugirió a la cabeza societaria en Capital Federal la conveniencia de acceder a la donación, aduciendo las ventajas que la presencia oficial significaría en la zona. Poco tiempo después se iniciaron las obras. El edificio fue habilitado a principios de 1.945. La dotación de efectivos de Gendarmería era mínima y su medio de locomoción lo representaban varios caballos. Esa limitación fue subsanada por los dos automotores de la Estancia, de los que disponía las veces que le fuesen necesarios.

 

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