Actualmente se desempeña como Directora interina de la Escuela N°113, pero tiene una trayectoria en distintos establecimientos rurales que le han marcado una destacable vocación superando distintas adversidades.
La pasión y compromiso por una profesión logran, en ocasiones, transmitir conocimientos e inspiración a quienes rodean a esa persona. La docencia es una de ellas y el caso puntual de Miriam Palma es el fiel resultado de lo que genera la vocación por enseñar.
Miriam Patricia Palma, es la actual Directora interina de la Escuela N° 113 “Antonio Ñanculef” de Cerro Centinela; establecimiento rural educativo al cual asisten unos 75 estudiantes desde sala de 3 a Nivel Secundario.

Con 51 años y más de 31 de actividad en el rubro, Miriam dialogó con La Voz de Chubut para contar su historia vinculada a la educación, desde que era adolescente.
Nació y se crio en Esquel. Al finalizar la Secundaria, se recibió también como maestra. “Soy de la última promoción de maestros provinciales”, destaca, recordando que a sus 17 años ya desempeñaba como maestra en el Colegio Salesiano.

Última promoción de maestros provinciales, en la que se recibió Miriam como maestra.
Los inicios y la carrera de Miriam contemplan un paso de seis meses por Aldea Apeleg y también experiencias en Costa de Lepá, Paso del Sapo, Piedra Parada, Gualjaina y un retorno a Esquel en el año 2008.
“Titularicé en el 2011, mientras estaba en la Escuela 112, donde también fui secretaria y directora. Me trasladé a la Escuela 179 donde fui secretaria y luego Supervisión me llamó para tomar cargos directivos y vice directivos en escuelas como normalizadora”

Recuerdo de Miriam cuando recibió un reconocimiento por coordinar una charla para estudiantes de sexto grado sobre el Gral. San Martín.
Actualmente, la entrevistada se desempeña en la Escuela N° 113 de Cerro Centinela, como directora interina: “Me encanta mi profesión, si tengo que volver a elegir, elijo ser docente”.
“Recuerdos de mis maestros y profesores hoy los llevo al aula; lo que uno vive con los estudiantes es hermoso”
Miriam asegura que, en su momento, ella no eligió estudiar de magisterio, sino que sus padres fueron quienes la incentivaron a hacerlo: “Hoy estoy agradecida, porque siento que es mi vocación”, destaca.

Miriam recién recibida de maestra, previo a una destacada carrera en el rubro educativo.
“Me encanta vivir el aula, es hermoso, compartir con los niños y adolescentes las ideas… De alguna manera es enseñar y aprender de ellos… Es fascinante”
En su relato, asegura que cuando se jubile, va a seguir enseñando “para seguir aprendiendo”, y agradece a quienes hacen posible que su vocación sea un disfrute diario.

Como todo establecimiento vinculado a la ruralidad, hay cuestiones que se deben afrontar y que dificultan el fluido funcionamiento del lugar. Más allá del invierno y sus consecuencias, como las fuertes heladas, en el último tiempo se han registrado situaciones que, son producto del contacto directo con la naturaleza: “Sufrimos daños por la presencia de pumas; estamos en plena cordillera y se trata de animales autóctonos de la zona”.
Durante el mes de julio, el establecimiento se vio afectado por la presencia de pumas que, mataron a las gallinas del lugar: “el servicio que nos brindaban las gallinas era para el comedor escolar. Tenemos que volver a iniciar; es un desafío. Se construirá un gallinero mejor preparado para evitar este tipo de situaciones”.

El gallinero del establecimiento fue el lugar más afectado por la presencia de pumas.
La escuela ha implementado medidas de seguridad debido a la presencia de estos animales, como la modificación de horarios escolares y el acompañamiento de la policía local.
En este contexto, Miriam agradece el acompañamiento que recibe desde Supervisión y Delegación Administrativa, Defensa Civil, Policía, el Puesto Sanitario y la población en general que, siempre está en contacto: “Hay que pensar en positivo para llevar este tipo de situaciones adelante; el acompañamiento de otras instituciones es muy importante”.
Este agradecimiento, también se extiende a la cooperación de las familias que, según afirma, “llegan a la escuela con ideas o críticas que uno las toma para poder seguir creciendo”.

“Es importante que las familias estén presentes para trabajar en conjunto por y para los chicos de la escuela”
Por último, agradeció haber aprendido y ser lo que logró hasta hoy: “recuerdo a algunos estudiantes que en los primeros tiempos me enseñaron mucho, como así también familias que me recibieron con los brazos abiertos. Siento admiración por los estudiantes que hacen un esfuerzo grande por venir a la escuela; hay que retribuirles ofreciéndoles lo mejor”.