El exgobernador Carlos Maestro, una de las voces más influyentes de la UCR chubutense, sostuvo que el mayor caudal electoral del gobierno de Ignacio Torres no es el PRO, sino el radicalismo.
Según Maestro, la UCR tiene hoy intendentes, estructura territorial, militancia activa y presencia real en casi toda la provincia. En cambio, definió al PRO como un partido “diluido, especialmente en Chubut”.
Aunque dijo que hay que sostener la alianza con Torres, Maestro remarcó que el radicalismo debe fortalecer su identidad, aumentar su participación y reconstruir su voz política.
“Hoy la prioridad es acompañar y trabajar en un contexto económico crítico, pero hacia 2027 la UCR deberá decidir si continúa siendo parte del proyecto de Torres y bajo qué condiciones”.
UN PARTIDO DEBILITADO, PERO CON RAÍZ TERRITORIAL
Aunque reclama protagonismo, Maestro admite que la UCR atraviesa una crisis de conducción profunda, agravada por la gestión nacional de Martín Lousteau, a quien califica como “mala” y responsable de la “dispersión absoluta” del partido.
El reflejo más claro está en Diputados: el bloque radical se fracturó en cuatro sectores. Aun así, afirma que el radicalismo conserva un capital que ningún otro espacio tiene: gobernadores, intendentes y presencia territorial en todo el país.
“Esa fortaleza debe ser reorganizada para recuperar influencia en la política nacional”, afirmó.
NECESIDAD DE UNA RENOVACIÓN QUE DEVUELVA IDENTIDAD
Maestro sostuvo que la UCR debe mantener sus principios históricos, pero aggiornar su estrategia frente a un escenario político totalmente transformado y citó el caso de la diputada libertaria Maira Frías, quien “ganó en Puerto Madryn sin haber hecho campaña en el territorio”, como símbolo de cómo cambiaron las reglas.
En ese contexto, “la UCR necesita una nueva conducción nacional” y sugirió a Gustavo Valdés y a Alfredo Cornejo como alternativas para reemplazar un liderazgo agotado.
Nota elaborada en base a declaraciones a FM del Lago de Esquel

