En enero de 2004, a poco de asumir el gobierno Mario Das Neves, el flamante Fiscal de Estado, Jorge Miquelarena, brindó una extensa entrevista al diario Jornada, en la que dejó en claro una verdadera “cruzada” contra la corrupción, siguiendo los lineamientos del nuevo mandatario.
En aquel reportaje, el fiscal, entre otras frases destacables, sostuvo: “Nuestro objetivo es reivindicar el rol del Estado con todo lo que la palabra significa. Y en función de eso trabajamos y trataremos de defender a brazo partido los intereses de la provincia. Das Neves lo anunció y lo estamos poniendo en práctica. Hay que luchar contra la corrupción y en ese camino estamos!”
A lo largo de la entrevista, Miquelarena, lanzado en sus anuncios de transparencia y defensa de los intereses de la provincia, continuó desgranando su pensamiento y plan de acción. En referencia a la gestión radical, afirmó:
“Faltó presencia en lo que hace a las causas donde se investigan los delitos contra la administración pública”.
Autoproclamado como un verdadero paladín contra la corrupción, anunció una lucha implacable contra ese flagelo: “Fue un Estado ‘BOBO’”.
Al finalizar el reportaje, mostró su confianza en el éxito de su campaña contra la corrupción, apoyado en el respaldo absoluto del gobernador Das Neves: “Estamos en el camino de la transparencia en el Estado. Por ese camino estamos y por el apoyo que nos brindó Das Neves”.
Y concluyó con una definición categórica: “Das Neves lo anunció y lo estamos poniendo en práctica, esto de luchar contra la corrupción… en ese camino estamos, la decisión está absolutamente tomada y hacia eso vamos”.
Es interesante recordar que, siendo Fiscal de Estado, Miquelarena firmó y avaló la entrega de Cerro Dragón a PAE. Permitió la estafa de INGENTIS, una maniobra que -con la promesa de convertir a Chubut en la gran generadora de energía- costó cientos de millones a los chubutenses, incluidos fondos de los jubilados. Se toleró un verdadero latrocinio con tierras con bosques nativos, violando la Constitución para beneficiar a amigos del poder. Comenzó, además, la etapa más corrupta en la contratación de la obra pública provincial. Eso sí: se la pasaba en tribunales denunciando “cuatro ñoquis” y reclamando que Carlos Maestro explique qué había hecho con el dinero de la provincia.