El Gobierno nacional y la provincia del Chubut firmaron un acuerdo que elimina las retenciones a las exportaciones de petróleo convencional, un tributo del 8 % que desde hace años viene afectando la rentabilidad de los yacimientos maduros de la cuenca del Golfo San Jorge. La decisión se presenta como una apuesta para frenar el declive de la producción, reactivar inversiones y sostener el empleo en una región que vive del petróleo desde hace décadas.
El convenio establece que, cuando el precio del barril esté por debajo de los 65 dólares, la retención directamente desaparecerá. Y si supera ese valor, la carga impositiva será mucho más baja que la actual. En paralelo, la provincia acompañará el esfuerzo con una reducción de regalías en proyectos específicos, a cambio de que las operadoras mantengan la producción, reactiven pozos y sostengan los equipos de trabajo.
Este acuerdo llega en un momento crítico. En el último año, la perforación de nuevos pozos cayó alrededor del 45 % en la cuenca, y si se toma un período de dos años, la baja supera el 50 %. Es el mayor retroceso en décadas para Chubut, que vio cómo se desactivaban equipos, se frenaban inversiones y se resentía toda la cadena de servicios petroleros. La producción de petróleo convencional viene declinando de forma sostenida, como ocurre en la mayoría de los yacimientos maduros del país. En paralelo, las regalías provinciales —uno de los principales ingresos del Estado chubutense— mostraban una caída anual cercana al 14 %.
La eliminación de retenciones busca revertir ese panorama. Para las operadoras representa un alivio directo sobre los costos y una mejora en el margen operativo, lo que les otorga mayor capacidad para invertir en perforación, mantenimiento y recuperación secundaria. Para la provincia, la expectativa es que esa mejora se traduzca en movimiento real: más equipos en operación, más pozos activos y, sobre todo, mayor estabilidad laboral en una región donde miles de familias dependen de la actividad petrolera.
Si la producción logra repuntar, también podrían reactivarse empresas de servicios, transporte, talleres, proveedores y toda la estructura económica que funciona alrededor del petróleo. Cada equipo que vuelve a trabajar implica operarios en torre, técnicos de mantenimiento, personal de seguridad y logística. El impacto, si el acuerdo funciona, no sería menor.
La incógnita está en cómo reaccionarán las empresas. El pacto descansa en un principio central: Nación y Provincia resignan ingresos hoy con la expectativa de que el sector privado responda con inversión y empleo. Si ese círculo virtuoso no se cumple, el costo fiscal quedará en manos del Estado sin resultados visibles en los yacimientos ni en la calle. Por eso, la clave será el seguimiento del cumplimiento de los compromisos asumidos por cada operadora.
En síntesis, la eliminación de retenciones es una apuesta fuerte en un contexto complejo. No asegura por sí sola una recuperación inmediata, pero ofrece condiciones más favorables para que las operadoras vuelvan a invertir en una cuenca que lo necesita con urgencia. El punto decisivo será si esa mejora impositiva se transforma en más producción y más trabajo para la región. Si querés, puedo sumar una versión más corta para radio o redes.

