
La primera fábrica pesquera con que contó Puerto Madryn para la elaboración en gran escala de los productos del mar fue instalada por un señor apellidado Depolo, quien llevó para hacer el montaje de la misma y su puesta en funcionamiento a Jerónimo Marinkovich, en 1911, quien luego siguió al frente de la misma hasta 1917.
En esa fecha Marinkovich se asoció con Bartolomé Kovacevich, y en enero de 1918 continuó esta fábrica a nombre de la firma Kovacevich y Marinkovich hasta el 04/11/1922. En esta fecha, quedó solo al frente de todo el segundo, y con el nombre de La Patagonia elaboraba toda la pesca que un grupo de familias de pescadores con-seguía extraer del golfo Nuevo.
Como no eran tiempos de cámaras frías, los distintos productos se elaboraban en aceite, en salmuera, en pasta o ahumados; y Marinkovich había instalado su fábrica de la manera más moderna posible para la época, en un muy amplio local de material, con grandes piletas para salmuera, máquinas para freír hasta dos toneladas de pesca-do diario y su correspondiente equipo de hojalatería para la elaboración de envases del producto y fabricación de cajones de embalaje para exportación. Sus principales clientes eran Inglaterra y los EE.UU.
Marinkovich obtuvo con sus productos, en la Exposición Nacional de Productos Alimenticios celebrada en Buenos Aires desde julio de 1920 hasta abril de 1921, tres primeros premios consistentes en tres medallas de oro y sus correspondientes diplomas, y un segundo premio equivalente a medalla de plata.
Como en la zona no había personal especializado para la elaboración de la pesca, hizo llegar desde Vigo (España) a un conjunto de jóvenes mujeres gallegas, solucionando así el problema.
Posteriormente, instaló un moderno equipo de iluminación a gas acetileno con lo cual inició el primer plan de trabajo de 24 horas corridas en esta zona, cuando así lo obligaba la entrada de abundante pesca a la fábrica.
Este magnífico comercio comenzó a decaer cuando la industria pesquera aumentó en la zona de Mar del Plata. La distancia a los centros de consumo y la imposibilidad de exportar por causa de la guerra en Europa, termina-desaparición de la firma comercial Marinkovich.
Cuenta Juan Meisen que a Marinkovich “ya nadie lo recuerda y a su fábrica de productos pesqueros tampoco, pero resulta un imperdonable olvido el hecho de que ninguna calle del floreciente Parque Pesquero de Puerto Madryn lleve su nombre (…) nadie podrá negar a Marinkovich el honor de haber sido el iniciador de esta actividad en la zona”