El millonario salvataje financiero de Donald Trump al Gobierno de Javier Milei, comienza a mostrar sus grietas: en medio de promesas de inversión y baja de aranceles desde el norte, el vínculo comercial con el gigante asiático flaquea
El alineamiento de Argentina con Estados Unidos es una decisión de política exterior con beneficios potenciales y riesgos significativos en sectores económicos que ya sufren el impacto del respaldo que ofrece Donald Trump a Javier Milei, en medio de la guerra comercial con China.
Mientras el apoyo de Donald Trump a Javier Milei escala y se materializa el respaldo económico con la compra de pesos por parte del Tesoro norteamericano y la confirmación de un swap por u$s 20.000 millones, la relación de Argentina con China comienza a flaquear.
La expectativa de un acuerdo “preferencial con acceso a mercados” con Estados Unidos dista del Tratado de Libre Comercio (TLC) que buscó Milei pero, de confirmarse este martes en la reunión de mandatarios en la Casa Blanca, redundaría en más apoyo de cara a las elecciones legislativas.
En cambio, en el plano comercial, “la ayuda financiera de Washington podría condicionar el margen negociador argentino, al restringir la capacidad de exigir concesiones arancelarias o regulatorias en otras mesas, especialmente cuando estas entren en conflicto con los intereses estadounidenses”, destacó un informe de BiGlobal.
Mientras la tensión geopolítica crece, tras el anuncio de EE.UU. de adicionar 100% de aranceles a China y restringir la exportación de software desde noviembre, “Argentina es un faro en América Latina. Muchos gobiernos allí se movieron hacia la izquierda”, dijo Scott Bessent, secretario del Tesoro, y justificó el salvataje financiero en el compromiso de Javier Milei de “sacar” a la nación que comanda Xi Jinping del país.
La estrategia de Estados Unidos
“Este movimiento puede interpretarse como una estrategia deliberada para contener el avance del poder chino y de los BRICS en la región”, indicó el informe de la consultora que dirige Marisa Bircher, ex Secretaria de Comercio Exterior de la Nación.
“Uno de los principales temores de Washington es que impulsen mecanismos financieros alternativos -como sistemas de pagos propios o el uso de monedas distintas al dólar, como el yuan- que erosionen la hegemonía de la moneda estadounidense”, agregó.
La relación con EE. UU. es eminentemente geopolítica, lo cual condiciona el vínculo económico global, ya que el comercio tiende a crecer entre países geopolíticamente cercanos, coincidió Marcelo Elizondo, presidente de la International Chamber of Commerce (ICC) en Argentina.
El país se destaca por ser el mayor inversor extranjero en Argentina pero también el segundo principal destino de sus exportaciones de bienes por u$s 6394 millones en 2024, debajo de Brasil (u$s 13.608 millones) y China (u$s 5961 millones).
Argentina, en el centro
En medio de la disputa de monedas, las inversiones y el intercambio de la Argentina con su principal socio comercial, se debilitan y encienden señales de alerta en economías clave para distintas regiones del país.
Ingreso de divisas
Por ahora, la soja, principal fuente de divisas de la Argentina, resiste. El gigante asiático actuó como una “aspiradora” de producto local en medio del bloqueo a EE.UU. que colocó 20% de aranceles. En cambio, un caso testigo que anticipa el efecto negativo es la pesca, donde China se ha consolidado como uno de los principales mercados para los productos argentinos.
En las últimas horas fuentes oficiales confirmaron que se suspendió una visita oficial en el marco de la feria China Fisheries Seafood, del 29 de octubre de 2025 hasta el 31 de octubre de 2025.
Aunque estaba confirmada la participación de Juan Antonio López Cazorla, subsecretario de Recursos Acuáticos y Pesca de la Nación, encabezando la delegación público-privada, los empresarios del clúster pesquero especulaban con la participación del presidente Javier Milei.
Tanto en este rubro como en otros donde el comercio con China pesa, aseguran que es “clave” un guiño del presidente con su par Xi Jinping para fortalecer el intercambio.
“Respetamos posicionamientos del Estado Argentino en sus relaciones internacionales pero no podemos limitarnos al mundo en su demanda estratégica como fuente de alimentos a ciertos mercados que implica la libertad comercial de una industria pesquera generadora de divisas para el país y de trabajo genuino”, señaló Agustín De la Fuente, presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP).
Según los últimos datos del Indec las exportaciones del sector pesquero tuvieron una variación negativa del 1,6% en relación al mismo periodo de 2024 y totalizaron los u$s 1357 millones, hasta agosto.
En los primeros ocho meses del año el volumen exportado de langostino entero a China cayó 62,2% y en dólares 59,2% ( de u$s 9.402.466 millones a u$s 3.834.156 millones); el calamar Illex perdió 168,8% en cantidad y 192,2% en valor (de u$s 110.930.521 millones a u$s 324.119.477 millones).
En tanto el despacho de centolla se redujo en 58,1% lo que significó 61,6% menos de ingreso de divisas (de u$s 13.765.597 millones a u$s 5.284.524 millones).
En 2024, Argentina exportó a China aproximadamente 77 mil toneladas de productos pesqueros por un valor cercano a u$s 301 millones, lo que representó alrededor del 14 % del volumen y 15 % del valor de las exportaciones pesqueras de todo el país. China fue el segundo destino en valor (detrás de España) y el primero en volumen para la pesca argentina en 2024, con valores que superaron las operaciones de 2022 (u$s 213 millones) pero que comenzaron a mostrar “fluctuaciones”, destacó un relevamiento CAPIP.
Exportaciones de carne
En el caso de la carne, el último informe del consorcio exportador ABC indica que en los primeros ocho meses del año, se exportaron a China 197 mil toneladas de producto bovino congelado deshuesado, lo que refleja una caída de 23%, interanual.
Con relación a los primeros ocho meses de 2024, los volúmenes exportados totales mostraron una baja de 10,4% mientras que el valor obtenido ha mejorado 22,3%.
Aunque en lo que va del 2025, por el alza de restricciones a la exportación y la baja de retenciones se abrieron nuevos mercados fuentes de la actividad alertan que China está habilitando frigoríficos en otros países de la región en detrimento de la producción local.
Al ruido en términos comerciales se agrega el malestar que generó en la minera china Ganfeng, el rechazo para ingresar al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) con un proyecto de litio en el Salar de Llullaillaco.
La empresa, que ya tiene otras operaciones en Argentina, buscará ingresar con otro proyecto al RIGI.
Actores claves
Actualmente, EE.UU. concentra el 44% de las exportaciones latinoamericanas, pero fuertemente influenciado por México; sin embargo con países del Mercosur la participación se reduce al 16,2% de las importaciones del bloque y el 11,8% de sus exportaciones.
Con fuerte impulso de Brasil, el comercio con China representa el 12% de las exportaciones latinoamericanas y el 21% de las importaciones. Este país de Asia, concentra el 26,9% de las importaciones del Mercosur y el 27,9% de las exportaciones, lo que lo coloca como principal socio comercial.
Respecto al impacto en el comercio local, Federico Bernini, economista de IEEP – UBA apostó por un efecto de “compensación” entre los países productores y se enfocó en el impacto en los precios.
“Argentina exporta soja, carne y otros granos, básicamente, a China”, dijo y explicó que “se puede reequilibrar la oferta y demanda mundial: si China deja de comprar carne a la Argentina, compra más a Brasil, Australia y Nueva Zelanda y, a su vez, esos países absorben la producción local”.
“Lo que puede pasar es que al tener China menos productores a los cuales comprarle, se vea un precio más alto”, agregó.
Desde BiGlobal aseguraron que para la Argentina, el desafío es “eminentemente pragmático” ya que deberá capitalizar las oportunidades que ofrece el acercamiento con Estados Unidos sin poner en riesgo su vínculo estructural con China.
“Mantener ese delicado equilibrio no será sencillo”, planteó el informe y describió que “las decisiones que adopte el Gobierno hacia fin de año resultarán decisivas, tanto para su desempeño político en las elecciones de octubre como para el rumbo de las negociaciones bilaterales y la definición de la agenda comercial que marcará su política exterior en 2026”.
Fuente: El Cronista Comercial