martes, 1 de julio de 2025
Se los atribuye a qué ” las instituciones no se hallan en armonía ni con la educación que hemos recibido, ni con el atraso en que nos hallamos”, más adelante agrega que otro de los factores es “la falta de garantías que tienen muchos gobiernos; es decir, que estos dependen del capricho de 3 o 4 jefes, a los que con degradación tienen que contemplar y adular”, y define a la masa del pueblo como “veleidosa por carácter y fácil de extraviar por un corto número de demagogos.”
Encuentra que “la crema de la anarquía” está en manos de hombres “inquietos y viciosos, de los que no viven más que de trastornos, porque no teniendo nada que perder todo lo esperan ganar en el desorden; porque el lujo excesivo multiplicando las necesidades se procuran satisfacer sin reparar en los medios; ahí es donde un gran número de individuos quieren vivir a costa del estado y no trabajar….”
Carta desde París, el 1 de febrero de 1834 a Tomas Guido.
Por Miguel Ángel Martínez
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