La reciente flexibilización de la barrera zoofitosanitaria que protegía a la Patagonia del ingreso de carne con hueso desde regiones del norte argentino, podría convertirse en un golpe letal para la industria cárnica patagónica. Así lo alertó Juan Uccelli, director de la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la región, al señalar que la medida ya generó el cierre total del mercado chileno, y que existen riesgos concretos de pérdida de acceso a destinos clave como la Unión Europea, Gran Bretaña y Japón.
“El SENASA permitió el ingreso de carne con hueso plano, especialmente asado, desde zonas donde hay fiebre aftosa con vacunación hacia la Patagonia, que está libre de aftosa sin vacunación. Y eso, que nos dijeron que no iba a afectar nuestros mercados, claramente sí los afectó”, señaló Uccelli. Chile, que comparte el mismo estatus sanitario que la Patagonia, suspendió la importación de todo producto de origen bovino u ovino proveniente del sur del río Colorado.
La resolución chilena fue firmada el 30 de julio, pero el SENASA ya tenía conocimiento de la inminente decisión cuando publicó su propia normativa, cuatro días antes. “Hoy no se puede exportar nada a Chile. Ni carne, ni lana, ni cueros. Además, Chile era paso obligado hacia China y el sudeste asiático. Todo eso también quedó bloqueado”, detalló el dirigente.
Impacto económico y laboral
Aunque el volumen de exportación a Chile era limitado, el impacto va mucho más allá. “Chile era nuestra carta de presentación. Si nos cierra Chile, que es libre de aftosa sin vacunación igual que nosotros, los demás países empiezan a desconfiar. Y ahí se complica con mercados grandes, donde sí hay plata”, advirtió Uccelli.
La preocupación se agrava porque la decisión llega justo antes de la nueva zafra. Sin certeza sobre qué mercados estarán disponibles, el sector ovino y bovino entra en una incertidumbre crítica, en una región que ya ha visto retroceder su capacidad productiva en los últimos años.
“El 30% de la población patagónica depende directa o indirectamente del sector pecuario. Hablamos de unas 800 mil personas que hoy están en riesgo si esta cadena se cae”, sostuvo.
Uccelli fue tajante al cuestionar la justificación oficial centrada en una supuesta baja del precio del asado en la región. “Se habla de que ahora el asado cuesta menos. Sí, pasó de 20 mil a 14 mil pesos el kilo, pero todo este caos es por apenas 2 kilos por año de asado por persona. Es un impacto mínimo en el consumo y un daño enorme para la industria”.
Además, denunció que detrás de la habilitación del asado se escondieron otros ingresos habilitados: carne porcina, ovina y caprina con hueso, lo que agrava el riesgo sanitario. “El cerdo es extremadamente sensible a la aftosa. Es una irresponsabilidad total”, dijo.
Uccelli señaló que la responsabilidad por esta crisis no es exclusiva del Gobierno nacional, aunque lo acusó de “mentir” en los considerandos de la resolución que habilitó el ingreso de carne con hueso, al afirmar que contaban con el visto bueno de Chile y la Unión Europea.
“La culpa es de toda la cadena. Desde el productor hasta el que vende. Todos hemos hecho algo mal. Pero el daño de esta medida puede ser irreversible si no se revierte pronto”, concluyó.