Mientras el Gobierno nacional recorta partidas destinadas a educación, salud e infraestructura, el Presupuesto 2026 incorpora una inversión de $125 millones para impulsar la exploración de uranio en Chubut. La decisión reactivó un debate histórico sobre el modelo de desarrollo para la Patagonia central y desató cuestionamientos de organizaciones sociales, comunidades locales y ambientalistas, que señalan un nuevo avance del extractivismo nuclear en nuestro territorio.
La iniciativa será ejecutada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y se concentrará en dos regiones claves: la Cuenca Cañadón Asfalto (Paso de Indios) y el Macizo del Deseado, zonas reconocidas por su diversidad biológica, sus recursos hídricos y su valor cultural para comunidades originarias.
La inversión no es casual: Chubut concentra la mitad de todas las reservas de uranio identificadas en Argentina, en total nuestro país acumula 33.650 toneladas del mineral. De los 17 proyectos uraníferos registrados a nivel nacional, 8 se encuentran en esta provincia, lo que la convierte en un territorio codiciado tanto por el gobierno nacional como por empresas privadas vinculadas al sector nuclear.
El giro político: Nación y Provincia alineadas
El gobernador Ignacio Torres inició negociaciones para que la provincia tome el control de los yacimientos actualmente administrados por la CNEA, apelando al principio constitucional que otorga a las provincias la titularidad de sus recursos naturales. En paralelo, se impulsa la creación de una subsidiaria de YPF para liderar la explotación del uranio.
Las cifras del tesoro uranífero chubutense
Los yacimientos más relevantes del país se concentran en territorio chubutense. Entre ellos:
- Cerro Solo: 4.420 toneladas de uranio.
- Laguna Salada (administrada por la canadiense Jaguar Uranium Corp.): 2.430 toneladas “aseguradas” y 1.640 toneladas “inferidas”.
- Laguna Colorada: 100 toneladas “aseguradas” + 60 toneladas “inferidas”.
- Los Adobes: histórico, ya explotado parcialmente; reservas actuales bajas.
- Arroyo Perdido: en Paso de Indios, reservas sin confirmar.
Según estimaciones oficiales, Chubut podría producir más de 16.000 toneladas de uranio, cifra que potencia el interés del sector minero y de potencias extranjeras.
El factor geopolítico: Estados Unidos mira a la Patagonia
En una entrevista con Fox News, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, sostuvo que “Argentina es rica en uranio” y que Washington está comprometido con facilitar el ingreso de empresas privadas estadounidenses al sector. Aunque el mineral no aparece explícitamente en el acuerdo marco comercial firmado entre ambos países, sí se incluye la categoría de “minerales críticos”, donde el uranio encaja plenamente.
La potencial rentabilidad convive con un problema histórico: la falta de licencia social. En Chubut, las movilizaciones contra la megaminería -incluida la histórica pueblada de 2021- demostraron un rechazo masivo a actividades extractivas de alto impacto.
La Ley 5001, que desde 2003 prohíbe la minería metalífera a cielo abierto con cianuro, no contempla específicamente al uranio, lo que para organizaciones ambientales constituye una brecha normativa que podría habilitar futuras explotaciones.
Extractivismo vs. derechos colectivos
La discusión en Chubut vuelve a poner en tensión dos modelos de provincia:
- uno basado en la extracción intensiva de recursos naturales para abastecer mercados globales y sostener la balanza comercial;
- otro centrado en la protección de los bienes comunes, la salud ambiental y la autodeterminación de las comunidades.

