Los que conocen el carácter del Gobernador Mariano Arcioni saben que siempre actúa como un chico caprichoso y consentido, con una notable sobredosis de soberbia. No podría ser de otra manera, un liceísta de conceptos firmes, rodeado de obsecuentes, que lo alientan y aplauden, alabando permanentemente sus excepcionales condiciones de conductor.
Puerto Madryn preparó la fiesta por el 157° aniversario, los mellizos Sastre no estaban de ánimo para hacer algún tipo de festejos por el reciente fallecimiento del papá, Abel, con quien los unía una relación muy cercana y entrañable. Pero, a pesar del desánimo, organizaron diversos actos por pedido especial del primer mandatario provincial.
La jornada se desarrolló como estaba prevista, firmaron convenios (especialidad de Arcioni), recorrieron entidades, plantas de producción pesquera y comercios, todo en un marco de verdadera armonía. El Gobernador estaba agradecido Gobernador con los Sastre por tan buena acogida y ambiente distendido.
Pero faltaba el plato fuerte, el acto de fondo en el gimnasio chico del Club Social y Deportivo Madryn, donde una importante multitud iba a escuchar a los referentes políticos. En primer término habló el Intendente Gustavo Sastre recordando el arribo del contingente galés, a bordo del Mimosa, a las costas de Madryn en aquella gesta del 28 de julio de 1865 y repasó, por supuesto, la transformación evidente de la ciudad que, seguramente, pasó de tener 10.000 habitantes a ser la pujante urbe que es hoy, convirtiéndose en la segunda población de Chubut.
Después llegó el turno del orador de fondo, Mariano Arcioni, quien al comienzo de la alocución fue recibido con respeto e incluso algunos aplausos, pero una vez más apareció la soberbia, la mentira y el discurso provocador, seguramente escrito por los adulones de siempre.
Y empezaron las frases repetidas, basadas en mentiras y fuera de todo contexto que desataron la ira y el disgusto de los presentes: “Y que sepan todos y cada uno de ustedes que este gobernador camina con la frente en alto, porque CUMPLE ABSOLUTAMENTE TODO LO QUE TIENE QUE CUMPLIR”, aseguró. A partir de esa provocación directa, de un hombre que justamente no se ha destacado por cumplir con la palabra y referirse además al tema educativo chubutense como un logro de su gestión, comenzó silbatina lógica y espontanea de la mayoría de los presentes.
El repudio de la gente despertó la ira de Arcioni, quien dejó el atril y dirigiéndose a los hermanos Sastre les dijo amablemente: “Váyanse a la puta que los parió”, y ya con el rostro desencajado les gritó: “Anda a echar a esos hijos de puta que silban y gritan”. Pegó media vuelta se fue.
Este hombre que dice cumplir con la palabra, fue el que hizo la campaña electoral anunciando su terminante rechazo a la minería y después impulsó con firmeza el proyecto Navidad, fue quien ganó las elecciones dando aumentos imposibles de cumplir bajo la premisa de uno de sus asesores favoritos “dar aumentos, ganamos y después vemos”.
Arcioni es el mismo que premia a Leonardo Aquilanti, enriquecido en la función pública, con un cargo en el Directorio del Banco Chubut, con un sueldo mensual de 1.300.000 pesos, vehículo oficial y tarjeta de crédito Black para sus gastos personales. Un hombre que está por enfrentar un juicio por enriquecimiento ilícito pero de quien el gobernador dijo: “Yo le creo a Aquilanti , y sé en quien confiar”.
Arcioni es el mismo que decía que el gobernador Mario Das Neves era “un verdadero padre para él y su maestro” y posteriormente aseguró “que está poniendo orden al desastre heredado”.
Arcioni es el mismo que tuvo que estar escondido durante meses por incumplir la palabra dada a los chubutenses, rodeado de un grupo que desesperadamente deseaba la muerte del ex gobernador Das Neves para asaltar el gobierno, los mismos que antes se arrastraban a los pies del portugués.
La descomunal soberbia de este gobierno queda sintetizada en la palabra del secretario general de la Gobernación, Alejandro Sandilo (otro rosarino exitoso llegado a Chubut), “LOS MUNICIPIOS TIENEN QUE ESTAR ETERNAMENTE AGRADECIDOS CON ARCIONI”, aseguró el torno al inconveniente de Puerto Madryn. “VER ESTO QUE PASÓ ME APENA MUCHO, PORQUE SI FUE ARMADO O NO, NO PODRÍA ASEGURARLO” pero apuntó contra la organización del acto: “EN UN LUGAR DONDE TENÉS ARMADO UN ACTO Y NO PODES CONTROLAR ESO, ME APENA NO HABER PODIDO PREVEER ESTO ANTES”.
Sería interesante preguntarse cuáles son los motivos por el cual los municipios tendrían que estar “ETERNAMENTE AGRADECIDOS” con el Gobernador Arcioni y además aclarar que las previsiones de seguridad y labores de inteligencia previa de los actos masivos en las que participa la máxima autoridad, deben ser chequeadas por inteligencia policial al mando del Ministro Miguel Castro, pero pedirle a los obsecuentes que razonen es muy complejo.