Los daños causados por la inundación son muy considerables. Durante el verano, esos mismos ríos llevan muy poca agua e incluso se secan por completo, como sucede con el río Chico, entre otros. Eso a la vez también dificulta el tránsito, en particular por la vía fluvial que se ve interrumpida o, a veces, cortado por completo. Aún no se han tomado medidas racionales para terminar con esas situaciones penosas. Los colonos siempre han tenido graves dificultades al transportar su mercadería. A pesar de que tanto el gobernador como la población general habían promovido e insistido en hacer el río navegable, siempre se fue aplazando ese tema. Por consiguiente no se ha logrado establecer una conexión fluvial entre los asentamientos y Rawson respectivamente el litoral.
Los pedidos cayeron en saco roto. Al parecer en Buenos Aires no ha existido comprensión alguna para un emprendimiento de tal importancia. Hasta el día de hoy la navegación por el río Chubut entre los distintos asentamientos de los colonos sigue casi inexistente. Esa omisión ha resultado bastante perjudicial para Rawson, la sede del gobierno territorial. Trelew en cambio, centro urbano principal de la colonia galesa, se ha beneficiado. Motivados por la deficiencia en materia de transporte acuático y por los resultantes daños y pérdidas en la economía, los colonos accedieron a la construcción de una línea de ferrocarriles de trocha angosta entre Trelew y el Golfo Nuevo, más preciso Puerto Madryn, por parte de una empresa inglesa. Gracias a la mancomunada promoción de los galeses, el gobierno argentino le concedió a la empresa ferroviaria inglesa una franja de 5 kilómetros de tierra a ambos lados de la línea. El 1 de junio de 1889 se inauguró la nueva línea de trenes, con un largo de 70 kilómetros. A los pobladores ahora se les abrió la posibilidad de entregar sus productos, principalmente el trigo, en el mercado de destino sin mayor demora, evitando así las pérdidas por meses de espera como había sucedido antes. Con ese adelanto sin embargo, disminuyó simultáneamente más aún el escaso tráfico naval, quedando Rawson, la capital territorial y ciudad más antigua de la colonia, cada vez más aislada. Su crecimiento, que antes se había vislumbrado con buenos augurios, ahora se ve mermado, al menos en el futuro previsible. La creciente rivalidad entre Trelew, que a partir de ahora estaba dominando su hinterland, es decir Gaiman, etc., y Rawson se fue agudizado más aún, debido a la diferencia de los orígenes de sus habitantes: En Trelew y Gaiman la población casi en su totalidad es de origen galés, con su propia idiosincrasia; Rawson en cambio, siendo la sede del gobierno del Territorio, cuenta con pobladores argentinos, italianos y españoles, pero muy pocos galeses. Las dos localidades están enfrentadas como dos celosas hermanas enemigas. No hay que olvidar, que se trata esto de una seria cuestión existencial, y que perfectamente podría haberse evitado ese conflicto desde un comienzo, si se hubieran hecho las gestiones para hacer posible el tráfico naval hacia Rawson mediante construcción de represas e instalaciones portuarias. O en otras palabras si a la navegación fluvial en el río Chubut se le hubiera prestado la atención necesaria a tiempo. En el caso de no hacerse nada al respecto en el futuro, todo seguirá igual y Rawson quedará relegado a una existencia precaria. En cambio sí se decidiera invertir en la navegación en la región de la desembocadura del Chubut, eso significaría la quiebra del ferrocarril, que hoy en día ya depende de subsidios, y la decadencia de Trelew.
Considerando los montos ya invertidos, cualquiera de las dos opciones resultan problemáticas. Estas realidades contrapuestas solo podrían equipararse si se lograra aumentar el flujo de mercadería, gracias al crecimiento poblacional y de la colonia en general, y con el aumento de la producción agrícola. En ese caso las tarifas ferroviarias podrían competir más fácilmente con el transporte de carga por la vía fluvial. Para poder lograr eso habría que aumentar las superficies cultivables mediante riego artificial a ambos costados del río Chubut, incrementando de esa manera la producción ganadera y agrícola. Además habría que realizar todo lo necesario para disminuir los daños provocados por las inundaciones, o evitarlos completamente. Eso solo será posible con la construcción de grandes presas o diques en el oeste, por ejemplo en los lugares del río donde hay rápidos, a unos 150 a 200 kilómetros de la costa del Atlántico. Todas esas tierras a lo largo del río podrían entonces ser pobladas gracias a los sistemas de riego regulados y a la vez se eliminaría para siempre los peligros de inundación para el curso inferior del río.
Fragmento de libro “Chubut a caballo por la cordillera y pampa de la Patagonia central”, de Wilhelm Vallentin. El autor nació en Prusia en 1862, estudió en Berlín Ciencias del Estado, carrera enfocada en ciencias políticas, económicas, derecho, administración y sociología. Se doctoró en 1892