En Chubut hubo tres intentos de colonización previos al de los galeses (1865): La efímera gobernación de Nueva León (Alcazaba 1535); el Fuerte de la Candelaria del Golfo San José (Viedma-De la Piedra, 1779-1810); y el Fuerte Paz del galés-argentino Henry Libanus Jones (1854-1855), único importante en cuanto a sus consecuencias sobre el asentamiento de los galeses una década más tarde.
Henry Libanus Jones, era galés, de rancio abolengo de terratenientes anglófilos, nacido en 1787 en Llandiman, noreste de Gales. Llegó a la Argentina como comerciante hacia 1810. Desde 1812 envió barcos a cazar lobos marinos y ganado salvaje en la Patagonia, recorriéndola personalmente entre 1814 y 1824. Luego de 30 años, regresó en 1854, como enviado del Gobierno del Estado de Buenos Aires. Su misión era crear un establecimiento sobre el Río Chubut.
Fundó el Fuerte Paz, en la localización que, aunque no podía saberlo, decidiría la del futuro pueblo de Rawson. Los fines del intento eran geopolíticos –colonizar la Patagonia al sur del límite meridional de nuestro país, y hallar una vía fluvial hacia Chile- y económicos –cazar ganado salvaje-. Ninguno de estos objetivos pudo cumplirse: no se halaron animales; el financista Daniel Gowland retiró su apoyo, debido al fracaso de la caza y porque Urquiza lo nombró Cónsul de la Confederación en Buenos Aires.
El Gobierno bonaerense, bajo presión, decidió retirar el establecimiento a 6 meses de su fundación, con gran frustración de Libanus Jones, que protestó enérgicamente. En su diario, refiriéndose a la orden de abandonar el fuerte escribió: “…. Dicha orden será un borrón para cualquier gobierno, en lugar de fomentar su país, trata de deshacer lo hecho.
Libanus Jones confeccionó mapas de la costa e interior de la Patagonia Argentino-Chilena y sur de Buenos Aires, e incluso los primeros conocidos del interior de la actual Provincia del Chubut. Hacia el final de su vida, Libanus Jones envió una carta a W. D. Christie, Ministro Plenipotenciario Británico en la Argentina, mediante la que intentaba tentar a Grand Bretaña a colonizar el Valle del Chubut, usando similares argumentos a aquellos conque sedujera al Gobierno de Buenos Aires. Los restos del Fuerte que fundara sobre la margen izquierda del Río Chubut serían, una década después, aprovechados por los colonos galeses.
Causas de la elección del sitio del Fuerte Paz (1854)
Indudablemente la vecindad del río fue causal de que Jones eligiera una de sus márgenes –la izquierda- para establecer el Fuerte, ya que le brindaba fácil acceso fluvial y abastecimiento de agua.
Pero el motivo principal de la elección del sitio específico, en Potrero de las Lagunas, habría sido otro: la necesidad de defensa. Jones escribe en su diario que se excavaron zanjas porque “… no debe olvidarse que estamos en territorio de indios y que no hace cinco meses han arrasado patagones”. Dicho potrero era un terreno llano de “2 leguas de ancho”, “formado por una línea de lagunas grandes y arroyos por detrás y las vueltas que da el río por su frente”.
Para su colonia, Henry Líbanos Jones tomaba el modelo del Fortín cuadrangular, con cuatro bastiones, de una fosa de un metro de profundidad por dos metros de ancho conectada con el río, que la llenaba con marea alta, mientras que con marea baja el lodo dificultaba el cruce. El predio fue elevado con la tierra retirada al escavar. Probablemente se completó con un cerco de palo a pique. Se agregan cuatro bastiones, defendidos por sendos cañones. Jones conocía este modelo ya que desde 1814 visitó el Fuerte de Patagones y las Ruinas del Fuerte San José, en 1828 había participado en la fundación de la Fortaleza Protectora Argentina (Bahía Blanca), e indudablemente había visitado otros fortines.
Esta conformación, un terraplén sobre elevado sobre el foso en lugar de un muro rodeando un predio es más acorde con el fortín clásico.
La Vida en el Fuerte
Para Glyn Williams aunque “la existencia del ‘Viejo Fortín’ fue el principal factor subyacente a la selección de esta localización como el sitio del establecimiento inicial en el Valle”, el mismo contaba con ventajas como la relativa navegabilidad del río desde el Océano hasta el Fuerte, que favorecía el contacto marítimo, la disponibilidad de agua potable y las varias elevaciones que había en el sitio, entre ellas aquella sobre la que se situaría Rawson.
Los colonos lo denominaron Caer Antur (Fuerte de la Aventura). Aunque este nombre fue usado algunos años nunca fue oficial, pues tempranamente, el 15 de setiembre de 1865, se fundó Rawson, en ceremonia presidida por el Comandante Murga. Los colonos fechaban sus cartas y documentos en “Caer Antur, Trerawson”, pero paulatinamente quedo solo el nombre de Trerawson. La vida en el fuerte nunca fue demasiado fácil. Desde la llegada del primer grupo hubo dificultades, comenzando por la escases de alimento. No conocían el arte de la caza en la meseta: recién al año siguiente comenzarían a aprenderlo del Cacique Francisco. Inicialmente tuvieron la suerte de hallar un perro que llamaron Antur –Aventura-. Este animal cazó un guanaco, que los colonos aprovecharon; la chalupa con alimentos naufragó en Punta Ninfas.
Los encargados de arrear mil ovejas desde Madryn las extraviaron. Afortunadamente algunas mujeres y niños, que se habían negado a embarcar en el barquito, escoltados por algunos hombres las arrearon al fuerte. Hubo también dificultades para manejar los vacunos semi salvajes. La tormenta coincidió con la llegada de Murga, mereciendo el nombre de “Lluvia del Comandante”.
El 20 de setiembre, cinco días después de la fundación de Rawson, recién llegaría el barco Mary Hellen con las mujeres y los niños, desfallecientes de hambre y debilidad, al punto que una bebita murió poco antes de desembarcar.
Con la llegada del Mary Hellen y su preciosa carga les volvió el alma al cuerpo a los colonos. La vida comenzaría a normalizarse en la naciente colonia, pero sin duda aquellas primeras semanas, estando todos por fin reunidos en el sitio definitivo, las vivencias de la supervivencia deben haber sido un torbellino. Esta vez iba enserio: habían llegado al lugar donde muchos pasarían el resto de sus vidas, y había que organizarse. Una vez calmado el ajetreo del viaje y culminada la instalación, hubo que empezar a aprender el nuevo entorno, evaluar los recursos y planificar la subsistencia. El entorno era austero, los recursos escasos y la subsistencia comprometido, de modo que pronto empezaron a surgir frustraciones y resquemores, fruto del desengaño.
Habían llegado a la tierra prometida, si, podían cumplir su sueño de hablar gales sin restricciones, cazar sin pedir permiso y trabajar bajo un sol saludable…, pero el costo de estas nuevas libertades les resultaría extremadamente alto y las nuevas dificultades recién comenzaban.
Párrafos extraídos de “Asentamiento de los colonos Galeses en el Valle del Chubut: antecedentes y primeros treinta meses de su historia” – David Williams