Aunque la organización aclaró que no suele expresarse respecto de las medidas de los gobiernos, ya que “Dios les dio autoridad”, asegura que los consejos de la Biblia trascienden la barrera del tiempo y son aplicables a situaciones muy diversas, como por ejemplo al ámbito económico.
*Adáptese y sea positiv: “He aprendido el secreto […] de tener mucho y de no tener nada” [Filipenses 4:12]. Es posible adaptarse a su nueva situación económica. Acepte cuanto antes su nueva realidad y empiece a hacer los cambios necesarios. Pero recuerde que hay cosas que el dinero no puede comprar. No son pocos los que viven llenos de ansiedad y estrés porque desconocen este secreto. En cambio, cuando en la familia se respira un aire de optimismo, los integrantes están más dispuestos a colaborar con los ajustes temporales que un revés económico puede requerir.
*Conversen del asunto en familia: “Cuando no hay comunicación, los planes fracasan, pero con muchos consejeros se consiguen buenos resultados” [Proverbios 15:22]. Muchos problemas y malentendidos suelen verse con mejores ojos luego de una explicación honesta. Recuerde que nadie lo sabe todo, por eso hable de la situación con su familia. Eso los ayudará a entender lo que está pasando y a apoyar los cambios que decidan hacer. Si toda la familia trata de ahorrar y no gastar demasiado, los ingresos rendirán más.
*Elabore un presupuesto: “… ¿quién de ustedes que quiere construir una torre no se sienta antes a calcular los gastos y ver si tiene lo suficiente para terminarla?” [Lucas 14:28]. Cuando uno se ve obligado a vivir con menos, es más importante que nunca saber a dónde va el dinero. Para eso es trascendental elaborar un presupuesto realista que contemple los ingresos que esperan recibir y todos los gastos, hasta aquellos que parecen de poca importancia. Denise Chambers dice en su libro Budgeting: “Todos los miembros de la familia deben participar en su planificación para que se sientan comprometidos”. Además, es conveniente que la familia se reúna periódicamente para ver si el plan está funcionando. Puesto que cada uno aporta ideas sobre cómo vivir acorde con los ingresos, preparar un presupuesto adecuado se convierte en un proyecto familiar.
*Decida qué cosas puede eliminar o reducir: “…que se aseguren de qué cosas son las más importantes…” [Filipenses 1:10]. Una vez haya realizado un presupuesto, compare su lista de ingresos con la de gastos y piense en los ajustes que puede hacer para no gastar más de lo que gana. Cierto hombre de negocios dijo: “Los negocios son como los primeros auxilios. Lo primero es detener la hemorragia”. Antes de comprar algo, pregúntese: ¿Lo necesito? ¿Me lo puedo permitir? Planificar las comidas de antemano y hacer una lista para la compra puede ser útil para no gastar de más. Esta también puede ser una buena oportunidad para dejar hábitos que son caros y poco saludables. Por otro lado, quizá pueda vender cosas que ya no necesita o no usa y así contribuir a reducir gastos e incluso a conseguir un dinero extra.
1 comentario
Muy buenas reseñas y artículos.os leo cuando puedo desde Tandil, soy nativo de lamprovinca de Chubut. Chubutense siempre!!