A unos 18 kilómetros al este de Trelew se ubica Rawson, la capital del Territorio. Contrario a las otras dos localidades, Rawson se sitúa a ambos lados del río Chubut, unido por un puente formidable. Casi la totalidad de las casas sencillas de un piso tienen muros de piedra, con partes de ladrillos. El palacio de gobierno es una construcción tipo palacio con mucho estilo y bien cuidado. La iglesia algo sobredimensionada llama la atención del visitante desde lejos con su fachada de color claro. Los hermanos de la orden de los Salesianos celebraran ahí los actos religiosos y por un costado dirigen un centro educacional para niñas y niños. La población de origen galés prefiere mantenerse distanciada de los habitantes de otras nacionalidades, como argentinos, italianos o españoles. Aquí hay un solo habitante de nacionalidad alemana.
El entorno de la ciudad es pelado y poco atractivo porque no hay árboles ni otra vegetación, con la desnuda planicie arenosa y cubierta de grava dominando el paisaje.
El actual gobernador del Chubut se llama señor Dr. Julio Lezana (sic), un hombre de conocimiento extenso quién toma muy en serio su cargo y quién de verdad está preocupado por el bienestar y las deficiencias de su territorio. Como es de esperar, únicamente la población galesa le está causando problemas.
Cuando el gobernador tuvo la gentileza de recibirme, me atendió de la mejor manera y con una muestra de buena voluntad como rara vez encontrado, de una forma natural y humana, desinhibido, sin formalidades de etiqueta y menos esa amabilidad servil e hipócrita, como se ha hecho de moda en ciertos círculos de Buenos Aires, a la cual se le pone especial énfasis quizás para ocultar lo vacío de su interior. Uno de los siguientes días el gobernador me invita a acompañarlo a una cabalgata de paseo a la playa en la desembocadura del río Chubut, a unos 5 kilómetros de Rawson, junto con su secretario privado Dr. Maciel y el jefe de la policía Sr. Fougiere. Después de mucho tiempo por fin me encuentro nuevamente con el sonido del océano, cuyas aguas color azul-verde rompen constantemente con espuma sobre la playa de arena. Entre las dunas hay unos moluscos y esponjas varados. Aquí habita una especie menuda de los gansos pingüinos (sic) Hay dos especies de focas a lo largo de la costa. Estos animales son muy numerosos por aquí. Está prohibido cazarlos, aunque el gobierno puede otorgar un permiso especial bajo ciertas condiciones, un tipo de concesión.
Me quedo en Rawson por dos días. Luego tengo que regresar a Trelew. El vapor con el cual viajaría de vuelta a Buenos Aires y que se había estado esperando con ansias desde hace seis semanas estaría recalando por fin. Durante las últimas seis semanas o incluso más, un centenar de pasajeros había anhelado el arribo del mismo vapor a Trelew, gastando su dinero en las costosas posadas y restaurantes.
Es indiscutible que hace falta una mejora urgente en materia de transporte de pasajeros y carga por barco, tal como ya lo había indicado anteriormente.
Mi espera de ocho días llega a su fin, la hora de redención finalmente ha llegado. Desde la posada repleta de gente en Puerto Madryn me encamino al vapor aún más repleto de gente. Zarpamos en dirección al mar abierto rumbo al norte. ¡Adiós Chubut! ¡Adiós maravillosa cordillera de los Andes!
Fragmento de libro “Chubut a caballo por la cordillera y pampa de la Patagonia central”, de Wilhelm Vallentin.
El autor nació en Prusia en 1862, estudió en Berlín Ciencias del Estado, carrera enfocada en ciencias políticas, económicas, derecho, administración y sociología. Se doctoró en 1892.