
En 1897 el Perito Moreno mandó a desviar el curso del río Fénix, en el norte del territorio de Santa Cruz, para demostrar que la frontera entre Argentina y Chile no corría por allí, como pretendía el Perito chileno. El río vertía sus aguas en el lago Buenos Aires, que desagua en el océano Pacífico. Moreno sostenía que antiguamente el río Fénix desaguaba en el río Deseado y que había cambiado de curso hacia el lago Buenos Aires tras un derrumbe de piedras. De acuerdo con ello, estimaba que no se lo podía tomar como límite fronterizo porque el cauce del río era inestable, al contrario de las altas cumbres de las montañas de la Cordillera de los Andes.
De manera indirecta, Artemisio Casarosa se vio involucrado en este hecho que generó malestar en el Gobierno de Chile. Un integrante de las comisiones de límites chilenas, pasó por la vivienda de Casarosa y vio que las comisiones argentinas habían dejado allí palas y arados; herramientas que no se correspondían con el trabajo de exploración. El chileno luego siguió hacia el sur y constató que el río Fénix ya no vertía sus aguas en el lago. Tiempo después, se encontraron con una carreta que se dirigía hacia la vivienda de Casarosa en la que transportaban palas y otras herramientas utilizadas por las comisiones argentinas. Más tarde comprobaron que habían sido utilizadas para cavar un canal por el que se había desviado el curso del río. Finalmente, la Corona de Inglaterra dictaminó que el río se encontraba dentro del territorio argentino.
En 1898, a pedido del Perito Francisco Moreno, Casarosa ayudó a unos inmigrantes polacos que viajaban hacia Valle Huemules para fundar una colonia. Entre ellos se encontraban Julio Koslowsky y su familia. Los proveyó de caballos de recambio cuando el contingente arribo a la confluencia de los ríos Mayo y Senguer.
En 1898, el alemán Hans Steffen, en uno de sus libros se refirió a Casarosa y su colaboración con los colonos de Valle Huemules: “También hay pequeños establecimientos, casi todos de negociantes italianos y austríacos (en referencia a Casarosa y Antonio Steinfeld), a unas tres leguas más al este, en un lugar de la orilla sur del río, llamado Barrancas Blancas. Fue ahí donde el señor Oscar de Fischer, a su paso en diciembre del año pasado, había dado la orden al señor Casarosa, dueño de uno de los puestos, de tener lista una tropilla de animales de silla y carga para nuestra expedición. Sin embargo, como supimos ahora, esta tropilla se había utilizado para el transporte de algunas familias de colonos polacos que en estos mismos días estaban llegando y que habían de ser llevadas al valle superior del río Huemules, donde irían a ser establecidos definitivamente”. (Steffen, 1910)
A principios de la década del ’20, se mudó de forma definitiva a un campo que había adquirido a mitad de la década del 10 en el paraje Putrachoique, ubicado en el extremo oeste del valle Genoa. Desde entonces se dedicó a la ganadería. Su nueva tierra, abarcaba parte de un valle rico en pastizales y la falda de la sierra de Putrachoique.
Como ganadero amasó un gran capital. Por ejemplo, cuando en 1920 su hijo Casimiro iba a contraer matrimonio en Buenos Aires con Julita Danessi, hija de inmigrantes italianos, Artemisio le dio a elegir a su mujer entre remodelar la vivienda familiar, y que toda la familia viaje para asistir a la ceremonia.
Angela optó por el casamiento de su hijo. En Buenos Aires, don Casarosa alquiló un hotel para que se hospedara la totalidad de la familia durante una semana. Su buena posición económica le permitía ciertos lujos, como viajar a Buenos Aires todos los años.
En 1929 la economía mundial cayó en una gran depresión, por lo que el precio de la lana se vio reducido a un valor mínimo. A Casarosa, como a tantos otros, la situación lo afectó económica y anímicamente. En 1932, la angustia de no poder vender la zafra anual de lana le provocó un paro cardíaco. Falleció el 19 de septiembre de 1932, a los 67 años de edad. En 1936 falleció Angela, a los 60 años de edad.
En la actualidad, la descendencia del matrimonio Casarosa Huminahuel es muy numerosa; suman, en total 36 primos.
Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado