El titular de la Oficina Anticorrupción, Diego Carmona, comunicó a Augusto Ferrari, ex decano de la Facultad de Derecho, que ha quedado sin efecto su designación como delegado regional de dicho organismo en la ciudad de Esquel “atento a razones de decoro”, aunque se aclara que la medida no implica prejuzgamiento alguno.
Parece que ha entrado en turbulencias la fulgurante vida profesional y académica del Abogado Augusto Ferrari Chiquichano, hombre muy hábil para ir acomodando el cuerpo a las circunstancias, mostrando siempre una gran capacidad de adaptabilidad, gran conocedor de los entresijos del poder de turno.
La creación de la Escuela de Derecho en la Universidad Nacional de la Patagonia permitió acceder a esta carrera a muchas y muchos chubutenses que no hubiesen podido formarse de no haberse abierto esta posibilidad. Muchos, seguramente la mayoría, fueron estudiantes responsables y con afán de aprender y hacer una carrera en la actividad privada o en el ámbito público.
Una excepción notable fue la sede de la facultad con asiento en Esquel, donde hubo un manejo poco claro y demasiado laxo en cuanto a las exigencias académicas y con exámenes llamativos. Fueron famosos casos de alumnos de otras zonas de la provincia que se trasladaban a Esquel a rendir materias, teniendo una sede en su propia ciudad.
Fue así como alumnos rendían hasta once o doce materias por año superando los records de Alfredo Palacios o el mismísimo Arturo Frondizi. En tres años completaban la carrera y tenían de esta manera en tiempo record la habilitación para desarrollar la actividad profesional.
Ferrari fue uno de los casos brillante y de veloz carrera que una vez finalizada lo transformó en profesor de la facultad, y en tal condición recorría la zona cordillerana como profesor viajero y tomaba los correspondientes exámenes.
Al poco tiempo, y con el apoyo del hoy Ministro de Educación José María Grazzini, de gran influencia en el ámbito universitario, paso a ser nada más ni nada menos que Decano.
Y ahí empezaron los problemas, denuncias por falsificaciones de actas de exámenes, dudas de confecciones de documentación y finalmente denuncias de acosos sexual en la que quedó involucrado el joven catedrático y un fiscal de la ciudad de Esquel, que también ejercía como profesor.
Trabajaron en la elección contra la actual Rectora, a la postre ganadora de la contienda, y se perdió el Decanato. Por las acusaciones de varias alumnas fue suspendido como profesor. Otra vez el manto protector de la política -nuevamente Grazzini- se ocupa de la designación de Ferrari Chiquichano al frente en la delegación de la Oficina Anticorrupción de Esquel, cargo del que acaba de ser apartado.
Volverá a recuperar el poder perdido “Gogi”?. Es posible, porque habilidad, experiencia e inteligencia parece no le faltan.