sábado, 27 de julio de 2024

“En esta época HURACAN no tenía Director Técnico; en la práctica el único “Técnico” era yo. Me sentaba a charlar con los jugadores, escuchaba la opinión de cada uno de ellos, y les daba mi impresión sobre el rendimiento del equipo y de cada individuo. Entre todos elaborábamos algunas tácticas y estrategias a ensayar en el campo de juego.

Cabe señalar que en aquel tiempo no se podían cambiar jugadores; el equipo entraba a la cancha con los once y si alguno se lesionaba o el referí lo expulsaba, no había más remedio que acomodar todas las chances con “las cartas” en juego. Por otra parte, yo cumplía la doble función de médico de nuestros jugadores y, llegado el caso, atendía también a los contrincantes.

Si algún jugador de HURACAN tenía una lesión que debía ser vigilada durante la semana, entre partido y partido, si el interesado se podía mover lo atendía en mi consultorio. Si, por el contrario, no podía caminar, iba a verlo a su domicilio. Dirigentes, jugadores e hinchas integrábamos un equipo solidario.

Periódicamente, HURACAN viajaba a RAWSON para enfrentar a GERMINAL. Recuerdo como si fuera hoy que el club capitalino tenía una aguerrida hinchada, capitaneada por la viuda de QUINTANA, una mujer singular. Si bien esta señora era paciente mía y concurría a examinarse a mi consultorio los días hábiles, los domingos se transformaba en acérrima enemiga. Era famosa porque insultaba a los jugadores foráneos e, incluso, a los de su propio equipo, cuando erraban un gol o no defendían bien el arco de GERMINAL.

Modesta Quintada saliendo del túnel de Germinal. Foto: Facebook Rawson Olvidado

Por su puesto, era una figura bien conocida entre Dirigentes, jugadores e hinchas. Pero se puede decir en su favor que concurría a la cancha siempre que jugaba el equipo capitalino, alentaba a sus jugadores hasta fatigar sus cuerdas vocales y contagiaba su entusiasmo a la nutrida barra que dirigía. ¡Cuántas veces discutíamos en la tribuna el domingo y, al día siguiente, acudía a mi consultorio como si nada hubiera pasado!. Siempre sentí por ella y su familia un gran aprecio, atendiéndola hasta muy avanzada edad. Murió poco después de cumplir los 90.

En 1.963 fui elegido Vice Gobernador de Chubut, acompañando en la formula al Escribano Roque González. En virtud de ello, dejé la presidencia del Club HURACAN aunque seguía acompañando a la nueva Comisión Directiva en sus luchas.”

Texto del libro “Dr. Atilio Oscar Viglione – Memorias” Eduardo Hualpa

 

 

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