miércoles, 4 de diciembre de 2024

Las imágenes impactan e indignan de igual forma. Toneladas de residuos que los barcos pesqueros arrojan al agua fueron arrastrados por el mar hasta las playas de Península Valdés y convirtieron una lobería en un verdadero basural a cielo abierto, donde los cientos de animales intentan adaptarse y sobrevivir en medio de baldes, cajones, redes y sogas.
El video fue difundido por Actualidad.rt.com y muestra cómo los lobos y elefantes marinos que habitan la playa intentan sortear la montaña de basura que los invadió, sin enredarse y quedar atrapados en una red o cortarse con la punta de algún cajón de plástico roto. Un verdadero desastre ambiental que amenaza a la fauna de la región.
El volumen de residuos de la actividad pesquera sobre las playas de Chubut se ha ido incrementado en los últimos años al ritmo del crecimiento del número de embarcaciones que recorren nuestras costas a diario buscando los preciados langostinos.
La falta total de controles y sanciones por parte de las autoridades locales y el nulo compromiso de los empresarios pesqueros con el cuidado del ambiente hicieron posible esta triste y muy preocupante realidad.
El Fondo Ambiental Pesquero (FAP) fue creado por Ley en 2018 y buscaba cobrar un canon por cajón de langostino. Los fondos recaudados debían destinarse a remediar, aunque sea en parte, el daño ambiental que produce la industria de la pesca. Lamentablemente, por inoperancia de los funcionarios, nunca llegó a cobrarse y los empresarios acumularon deudas por más de 1.100 millones de pesos, según admitió este viernes el ministro de Ambiente provincial, Roberto Jure.
El jueves pasado, por orden del gobernador Mariano Arcioni, la Legislatura derogó la Ley del FAP y condonó a los empresarios el 50 por ciento de las deudas. El 50 por ciento restante será repartido entre provincia y los municipios que tienen puerto (Camarones, Rawson y Puerto Madryn), excepto Comodoro Rivadavia, y deberá destinarse a remediación ambiental.
Seguramente el dinero que se recaude no alcanzará para arreglar el desastre acumulado en nuestras playas. Para peor, el volumen de basura seguirá creciendo por la propia dinámica de la industria pesquera, que no es controlada ni sancionada y ahora tampoco estará obligada a aportar recursos económicos para arreglar la contaminación que genere.

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