En 1899, el presidente Roca le otorgó la posesión de 625 hectáreas a cada una de las familias que integraban la tribu de Miguel Ñancuche Nahuelquir. Esta colonia está ubicada en la pre cordillera, al noroeste del Chubut. Él era nativo del país de las manzanas y si bien había luchado contra el ejército, cuando los nativos habían sido perseguidos, al ver su inferioridad ante las armas de los soldados, se rindió y se transformó en baqueano de los militares. Nunca aceptó un sueldo.
Si bien estas no eran las mejores tierras, él y su tribu supieron transformarlas en un lugar próspero, donde también habían muchos guanacos y avestruces que eran tan apreciados por ellos.
El gobernador Alejandro Conesa (1900 – 1903) le solicitó al gobierno central una escuela para los nativos, quienes la venían reclamando desde hacía mucho tiempo. Además ponderó que, el cacique y sus hombres habían transformado el lugar en una zona productiva. Hizo saber a las autoridades nacionales, que el cacique ofrecía a cambio un local para la escuela y una vivienda para el maestro, hasta tanto se pudiera construir el edificio educativo adecuado. Al año siguiente los nativos habían construido la escuela nacional N 15 y luego se la donaron al Ministerio Nacional de Educación.
A pesar de todos los esfuerzos por demostrar que eran personas de trabajo, con deseos de aprender y hacer progresar su región, pasaron más de 70 años antes de que lograran sus títulos definitivos. Lamentablemente muchos de estos nativos murieron sin obtener la restitución de sus tierras.
Otras colonias aborígenes
Hay más reservas aborígenes en el interior del Chubut y casi todas han sufrido los mismos males. Los títulos precarios que recibían primero no eran nunca reemplazados por los definitivos. Por lo tanto, los latifundistas le compraban al gobierno las mismas propiedades y luego iban colocando alambrados que dejaban encerrados a los nativos. Estos tenían que inmigrar hacia otros terrenos hasta que también fueran echados de ellos y así se la pasaban deambulando de un lado a otro.
En otros casos era víctimas de engaños, realizadas por gente con más experiencia y dinero que le compraban a precios ínfimos sus tierras. También estaban los “mercachifles” o vendedores ambulantes o bolicheros del pueblo que les deban crédito en forma indiscriminada vendiéndole sus mercaderías a precios muy altos y pagándoles por la lana o los animales muy bajos precios. Entonces, al no poder saldar las deudas, estos comerciantes terminaban expropiándoles sus inmuebles.
Clemente Dumrauf dice en su libro publicado en 1991: “Existen actualmente en la provincia del Chubut 20 comunidades aborígenes, 19 de etnia araucana y una tehuelche, la de El Chalia. La población aproximada que constituye esas comunidades es de 5.000 personas, a las que han de agregarse aquellas que viven asimiladas, con la población no aborigen en los barrios periféricos de las ciudades o en el campo”.
Fragmento del libro “Lelek Aike, del destierro a la comunidad”, de Liliana E. Pérez