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Hijo del cacique tehuelche Casimiro Biguá -o Bivois-, viajó al islote Keppel de las Malvinas para ser evangelizado por los protestantes, pero no tuvo progresos de importancia y sólo aprendió a hablar inglés.
Este aborigen, junto con su padre, aparecen como los dos primeros que posaron ante una cámara fotográfica en 1864, durante una visita a Buenos Aires.
También fue recordado por acompañar al explorador Musters en su viaje a través de la Patagonia en 1870.
Conocido por Francisco P. Moreno, tiempo después el explorador se enteró de que “en el cementerio de la colonia galesa había sido inhumado mi amigo Sam Slick (…) muerto alevosamente por otro indio. Conocí a ese indio en mi viaje anterior a Santa Cruz en 1874. Por el tamaño extraordinario de su cuerpo me interesaba, sobre todo su cabeza. A mi llegada, cuando supe su desgracia, averigüé el paraje en que había sido inhumado y en una noche de luna, exhumé su cadáver, cuyo esqueleto se conserva en el Museo Antropológico de Buenos Aires; sacrilegio cometido en provecho del estudio osteológico de los tehuelches”.