miércoles, 5 de febrero de 2025

Mientras se realizaba el velorio del tesorero del Banco Alglosud Americano y su joven esposa e hijas recibían el pésame de los vecinos en la sala de la casa de la calle Moreno al 400, el viento huracanado que se abate sobre la ciudad provoca la voladura íntegra del techo de la casa, salvándose milagrosamente lo que se encontraba en su interior. Ante la emergencia, lo familiares trasladaron el féretro a la casa de su suegra, señora de Charles Thomas, donde sus restos fueron velados hasta el día siguiente.

Tal cual me he referido en el párrafo anterior, el domingo 25 de junio, en horas de mediodía se desencadenó en la zona un viento huracanado como jamás se recuerda otro en nuestro pueblo, el que soplando desde el oeste, alcanzó su máxima intensidad, convirtiéndose en un ciclón, a eso de las 14 horas, provocando destrozos de consideración en edificios, cercos, redes eléctricas, líneas telefónicas y telegráficas, árboles, etc… Varias casas fueron derrumbadas, entre ellas el ex-Matadero del Sr. Juan Crockett, ubicado en la cercanía de la calle Colombia, entre Belgrano y Mitre, otras sufrieron el desprendimiento de sus techos, como en el caso ya relatado de la familia Foulkes; también sufrieron daños el techo de zinc de los fondos del nuevo edificio municipal, lo mismo ocurrió en el Salón San David, en que dos de sus tres tomas de aire se desprendieron, siendo arrojados uno contra las Casas de Piedra, (Pasaje Tucumán), pero el otro aterrizó del otro lado, en la Avenida Fontana. Gran cantidad de cercos y medianerías fueron derrumbados, pues no había un Pasaje en todo el pueblo que no hubiese sufrido algún percance.

Por su parte el Club Atlético Independiente, que no hacía mucho tiempo había cercado su cancha con chapas de zinc, debió proceder a su reparación, pues varios tramos del mismo fueron destrozados. Pero el edificio en la zona céntrica que mayores daños sufrió, fue el de la Sociedad Italiana “Paz y Patria” de S.M., cuyo techo se desprendió en gran proporción, yendo las chapas a estrellarse, arrollándose algunas de ellas como si fuesen hojas de papel, contra las paredes de los edificios del Salón San David y de las Casas de Piedra.

Párrafos de Matthew Henry Jones

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