miércoles, 12 de marzo de 2025

La tenue lluvia caída en la madrugada de este lunes en El Bolsón despertó la esperanza en los pobladores, quienes salieron a las calles a aplaudir de alegría y a agradecer al cielo, que les enviaba un poco de agua para aplacar el voraz incendio que desde el 30 de enero arrasa con bosques y viviendas del lugar.

Lamentablemente la lluvia duró apenas dos horas, no alcanzó para extinguir el incendio pero sirvió para dar un poco de alivio ante tantos días de angustia y lucha contra el fuego. Patricia Terraza, vecina del lugar, relató con crudeza la desesperación de los habitantes al ver las llamas aproximarse a sus hogares sin que hubiera medios suficientes para combatirlas.

“Desde nuestros hogares veíamos que el fuego venía hacia nosotros, tomando por la loma del medio. Y el viento estaba descontrolado, con ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora que salían para cualquier lado por lo que el fuero te podía tocar la casa como pasar por el costado”, afirmó a LU20.

“Nos sentimos solos, absolutamente desprotegidos ante la magnitud de este desastre”, expresó Terraza, describiendo la incertidumbre que reinó en las horas críticas del avance del fuego. “Muchos vecinos debieron evacuar sus hogares con lo mínimo imprescindible, priorizando documentos, fotografías y algunos objetos personales”. La posibilidad de salvar bienes materiales era imposible. “No puedes andar evacuado cargando muebles, heladera o dos televisores”, lamentó.

“El fuego no solo es aéreo, sino también subterráneo”, explicó y detalló que “el fuego sigue avanzando a través de las raíces, lo que hace imprescindible que lleguen lluvias más intensas”.

A pesar del miedo, la comunidad se organizó con los escasos recursos a su alcance. “Combatimos llamas de 30 metros con baldecitos de agua”, ejemplificó la vecina, evidenciando la desigual lucha de los pobladores contra el incendio. La solidaridad se convirtió en la única herramienta: “Entre todos reunimos donaciones, cocinamos y aportamos el dinero que teníamos y podíamos para ayudar a los afectados”, resaltó.

A la crisis provocada por las llamas se suma la acumulación de humo en la ciudad, que volvió irrespirable el aire y cubrió todo el valle. “Nosotros vivimos en el fondo del valle. Todo alrededor es una corona de humo”, indicó la vecina, quien reside a pocas cuadras del centro de El Bolsón.

El desastre no solo deja pérdidas materiales y ambientales, sino también un panorama económico desolador. “Nos quedamos sin turismo, sin producción, sin viviendas. No sabemos cómo vamos a pasar el invierno”, advirtió Terraza. La crisis que se avecina tras la catástrofe genera más incertidumbre que respuestas.

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2 comentarios

  1. Continuen votando a los delincuentes de siempre y asi les va, 70 años de peronismo, 20 años de kirchnerismo y pretenden que Milei en un año les solucione el problema, incendios y mapuches hubo toda la vida y nadie en 100 años les solucionó el problema, con la madera que se quema año tras año y los daños y los gastos que ocacion los incendios ya se podria tener una dotacion de equipos aviones personal, torres vigias etc modelo en el mundo

    • María Cristina Rey on

      Yo no entiendo tampoco por qué tanta pretensión de que Milei arregle los problemas, CUANDO DIJO CLARAMENTE QUE ES EL TOPO QUE VINO A DESTRUIR EL ESTADO. Salvo para reprimir, nada va a hacer. Ah, también hacer derogar las leyes que protegían las tierras y el bosque, en eso también fue bueno. Ahora la Cordillera está servida en bandeja de oro para los grandes capitales…

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