martes, 1 de julio de 2025
Destacamento de Gendarmería Nacional en El Coyte

La “vieja” Aldea Apeleg. Contó con 25 edificaciones, y estaba situada a 1500 metros al norte de la Aldea actual, sobre la costa del arroyo Apeleg. Fue fundada en 1930 por el argentino José Torres, quien edificó la primera escuela (Esc. Nacional N° 127); lo que dio lugar a la radicación de familias. Residieron en la “vieja Aldea”: Ricardo Morales, Pedro Pruesin, Daniel Carrasco, Manuel Barrientos, Manuel Barquín, Juan Godoy, Pedro Oliva, Lorenzo Zambrano, Miguel Leiva, Ernesto Montero, Carmelo Montero, Segundo Zambrano, Manuel Lempi, Antonio Torres, Alejandro Sánchez, Mercedes Neculqueo, Ángel y Francisco Esparza y Elías Loncopán. En 1950 fue bautizada por una maestra con el apodo de “Villa Tranquila”. En la actualidad sólo reside la familia Morales. De las construcciones restantes sólo perduran dos o tres, en ruinas.

El Cantao. El nombre original era Kántaush kaike -“circunferencia”- y era un paradero de la antigua ruta indígena que se tendía al pie de la precordillera de los Andes. En 1869, el inglés George Musters fue el primero en pasar por el lugar. Varias décadas más tarde, el Perito Moreno encontró en el paraje al cacique tehuelche Maniqueque. Al año siguiente, el italiano Francisco Pietrobelli encontró en el mismo sitio parte de la toldería del cacique tehuelche Quilchamal.

Atraídos por las vertientes de agua, el abrigo que brinda la falda de la loma de El Cantao y el mallín que se tiende a sus pies, en 1914 lo poblaron los españoles Baldomero Fernández y José Caroso, quienes construyeron varias viviendas de adobe e introdujeron ganado. Al mismo tiempo, el español José Benito Graña habilitó un comercio de ramos generales. El comercio consistía en una pequeña vivienda con paredes de adobe, de tres habitaciones con piso de madera de pino. Para esa fecha, El Cantao era un punto clave donde convergían varias rutas que conducían a Pastos Blancos y Colonia Ensanche Sarmiento (al este), a arroyo Verde, Alto Rio Senguer y Paso Moreno (al norte), a Paso Río Mayo, Centro Río Mayo y Valle Huemules (al sur) y al Coyte y Chile (al oeste).

En diciembre de 1915, Graña le vendió el comercio a los españoles Fermín y Germán Revidiego. Graña habilitó un nuevo comercio en el pueblo Colonia Ensanche Sarmiento. En 1916, Fernández y Caroso le vendieron sus propiedades al inglés Thomas Stewart; quien se radicó con sus padres y una hermana. Stewart anexó nuevas edificaciones, que dieron lugar a los que hoy es el casco de la estancia El Cantao. En 1919, una comisión de la Dirección de Tierras consideró apropiado destinar 5000 hectáreas del paraje como “Reserva de Tránsito””. Pese a ello, el poblado no prosperó. En la actualidad es un importante nudo comunicacional.

Aspecto actual de las ruinas de la antigua escuela de El Coyte

El Coyte, (del tehuelche, “río o arroyo sinuoso”). Consiste en una microrregión situada entre el sur del lago Fontana y el norte de la actual Aldea Beleiro. Es una zona bastante aislada a la que se accede por las rutas que confluyen en El Cantao y desde Alto Río Senguer. Contó con una pequeña aldea, varios comercios, un Destacamento de Policía y dos de Gendarmería Nacional (Hitos 42 y 43), Aduana y una escuela (Esc. nacional N° 69-con internado-). Las edificaciones se situaban de forma dispersa, a varios kilómetros unas de otras. La escuela fue edificada en la década del ’40, junto a los edificios de Gendarmería Nacional del Hito 42, y en ella estudiaron niños de las familias radicadas en El Coyte y de la zona vecina de Nireguao (Chile). Más tarde, cuando se incendió el Colegio de Pastos Blancos, se le sumaron alumnos de la Colonia Indígena Tramaleo. En la actualidad el edificio está abandonado y en ruinas. Los primeros colonos fueron los chilenos Silvano Fuentes (1910), Santos Mercado (1913), José Nicanor Rodríguez (1914) y los sirios Ismael Mamut (1914) y Juan Hassin (1916). Hassin habilitó el primer comercio de ramos generales de El Coyte. Posteriormente prosperaron los comercios de Beloqui y Suñen. Los dos, dispuestos a gran distancia uno del otro (laguna de El Coyte de por medio y una extensa pampa), abastecían de mercaderías a los pobladores de la región y de Chile. El almacén La estrella, de Beloqui, se situaba cerca del paso fronterizo, junto a la ruta que une arroyo Verde y Alto Río Senguer con Chile. El restante, llamado La Paloma, propiedad de Juan Suñen, se situaba en el extremo oeste de la laguna La Paloma, en las Lomas de El Coyte. La Estrella perduró hasta los años ’80, y en la actualidad los dos comercios están abandonados y en ruinas.

En 1976, cuando las relaciones entre Chile y la Argentina eran pésimas, los dos Destacamentos de Gendarmería fueron clausurados y los pasos cerrados. En 1996 se rehabilitó el paso El Coyte (Hito 42). De la aldea sólo quedan ruinas y un cementerio. De los estancieros originales sólo unos pocos retienen sus campos, ya que la mayoría no resistió los avatares económicos que sufrió la Argentina durante las tres últimas décadas. La zona se caracteriza por ser extremadamente fría.

Paso Moreno. Se situaba a 45 kilómetros al este del pueblo Alto Rio Senguer, sobre la margen sur del río Senguer. Contó con escuela, viviendas familiares y comercios -el último asentamiento sobre ambas márgenes del río, aunque finalmente sólo prosperó el de la margen sur. En total, se erigieron unas 30 construcciones y lo poblaron unas ciento cincuenta personas; en su mayoría de ascendencia indígena. Su primer poblador, radicado en 1890, fue un indígena de apellido Llanca (del araucano, llanca: joya piedra preciosa. Era hijo de padre manzanero y madre tehuelche septentrional, por vía materna era pariente de la tribu tehuelche de Quilchamal). En 1918, un indígena llamado Fermín Paz lo desalojó de Paso Moreno y se apropió de su tierra. Llanca fue padre de diez mujeres y cuatro hombres; falleció con más de 100 años de edad. Pese a que fue el primer poblador, el extinto pueblo debe su nombre a Mateo Moreno, un colono que se estableció en la costa del vado en 1912 con un comercio de ramos generales. Moreno vendió sus bienes en 1914 y se retiró de la zona. Gran parte de los pobladores del lugar, en particular los indígenas, residían en la margen sur del río Senguer, entre Paso Moreno y Choiquenilahue.

Un informe de 1919 dice al respecto de Paso Moreno:

“El paraje conocido por «Paso Moreno», ubicado en el lote 17, Fracción A, Sección GII, Chubut, es de importancia en la región por los caminos que afluyen a él y al numeroso tráfico de pasajeros, tropas de carros, etc., que circulan por los mismos y por encontrarse en ese lugar una casa de comercio y fonda para hospedaje, propiedad estas de los Sres. Espinosa Espinosa y Cía. Por esta razón convendría destinar la legua b de este lote […] para Reserva de Tránsito”. (Tessart, 1920)

En junio de 1924, Paso Moreno fue declarado “Reserva de Tránsito”, es decir que se le asignó el ejido donde prosperaría el pueblo 26. Fue uno de los tres vados principales del curso superior del río Senguer, por donde cruzaban las tropas de carros. Algunos apellidos de las familias que residieron en Paso Moreno: Mayo, Zalazar, Churreo, Millabanque, Cayuñanco, Portales, Videla, Aguilar, Ehijos, Paz, Fierro, Espinoza, Zapata, Reynahuel”

En la actualidad perduran muchas ruinas de las antiguas viviendas y las de la segunda escuela, erigida a principios de la década del ’50 (Esc. Nacional N° 98). En su época de mayor esplendor, década del ’50, la escuela contó con un promedio de 60 alumnos”. En una vivienda de adobe reside una familia, y descendientes de Pablo Mayo en lo que fue el boliche de ramos generales y hoy es el casco de una estancia.

Ubicación de los colonos en el departamento Río Senguer entre 1890 y 1904

Fragmento del libro “La colonización del oeste de la Patagonia central” de Alejandro Aguado

Compartir.

Dejar un comentario