
Antonio Steinfeld nació en Fiume, Austria. Era marinero de carrera, y como tal alcanzó el grado de capitán. En 1879 se embarcó en un velero con el grado de segundo de a bordo. Al fondear en el puerto de Buenos Aires, abandonó el barco y se radicó en la entonces pequeña, pero pujante, capital de la Argentina. Tras varios años de residencia adoptó la nacionalidad argentina. A partir de 1888 se desempeñó como empleado del Museo de La Plata. Como tal, entre 1888 y 1890 participó de tres expediciones a la región central de la Patagonia. Uno de sus compañeros fue Eduardo Botello.
A principios de 1891 estableció una casa de comercio unos pocos kilómetros al sur de Choiquelinahue, en el valle del curso medio del río Senguer. El 14 de julio de 1892, la Gobernación del Territorio del Chubut le otorgó “permiso para ejercer el comercio ambulante en el interior del Territorio con los indios, debiendo sujetarse a su reglamentación y muñirse de la patente correspondiente” (Dumrauf, 1994). En 1895 se mudó a Paso Ingenieros (5 kilómetros al este del actual pueblo Alto Río Senguer), algunos kilómetros al oeste de la vivienda del italiano Artemisio Casarosa. Paso Ingenieros era el mismo lugar que utilizaban los tehuelches como vado para cruzar el río Senguer. Desde su casa partían hacia los cuatro puntos cardinales rutas trazadas por el paso de carros. Era un punto estratégico.
A su vez, pudo conservar el lote de Choiquenilahue, el que le fue asignado a su mujer cuando fue creada Colonia Ensanche Sarmiento.
Steinfeld colaboró con los integrantes argentinos y chilenos de las comisiones de límites de ambos países. La comisión argentina, de la que formaba parte el naturalista lituano Julio Koslowsky, en 1896 se hospedó en su casa tras explorar los lagos Fontana y La Plata. Los proveyó de caballos de recambio y víveres.
En 1898 asistió a una comisión chilena comandada por Hans Steffen. Durante cuatro agotadores meses, la comisión exploró el interior de la Cordillera de los Andes en la región de Aisén. Los hombres arribaron a la casa de Steinfeld con la ropa y el calzado destrozado. Los víveres se les habían acabado la noche anterior. Allí descansaron durante varios días y luego Steinfeld les suministró caballos, víveres y un guía para que pudieran retomar la marcha.
“En la mañana del 23 de abril alcanzamos finalmente algunos toldos de indígenas cuyos dueños nos recibieron cordialmente […] Nos prestaron caballos y nos acompañaron unas cuantas millas río abajo hasta la casa del colono Antonio Steinfeld, donde nos establecimos provisoriamente. Por lo demás, llegamos en el preciso momento en que nuestras provisiones habían sido enteramente consumidas y nuestro vestuario, especialmente el calzado, se encontraba en el estado más deplorable. Yo mismo durante el viaje a través de la cordillera había gastado mi último par de botas y por esta razón las marchas forzadas de los últimos días tuve que hacerlas con el calzado usual entre nuestros cargadores, a saber ‘ojotas’ (sandalias), confeccionadas con un trozo de piel de huemul (ciervo patagónico) y que producían dolorosas ampollas en los pies no acostumbrados a este calzado.
Don Antonio Steinfeld, austriaco procedente de Fiume, antiguo empleado del Museo de La Plata y a la época ganadero y poseedor de un almacén a orillas del río Senguer, nos recibió con cariñosa hospitalidad (…) Con una caravana de 13 caballos y bestias de carga partimos el 10 de mayo desde la casa de Steinfeld…” (Steffen, 1947)
En su libro de 1910, Steffen da una versión de su estadía en la vivienda de Steinfeld que complementa a la anterior.
“Los últimos cinco días del mes de abril pasaron en los preparativos para el regreso y en agradables e instructivas conversaciones con don Antonio Steinfeld quien, por sus conocimientos de la región, adquiridos en frecuentes excursiones y por su entusiasmo para observaciones de carácter científico, era indudablemente la persona más autorizada a quien podíamos pedir informaciones […] Fue el mismo Steinfeld quien, como empleado del Museo de La Plata, en unión con los señores Botello y Mohler descubrió, a ocasión de una expedición a las cordilleras vecinas (1890) el lago La Plata, recorriendo en seguida la región de las mesetas que sigue al sur hasta el lago Buenos Aires y desde ahí continuando siempre al sur, los desolados y fragosos terrenos de lava, hasta salir por el valle del río Chico en el puerto de Santa Cruz. El puesto de Steinfeld está situado en las cercanías del punto donde el antiguo camino traficado por los indios en sus expediciones de Santa Cruz a Nahuelhuapi, orillando la cordillera, cruza el río Senguer” (Steffen, 1910)
A continuación explica que intentaron comprar una tropilla al comerciante italiano Artemisio Casarosa, radicado algunos kilómetros al este de Steinfeld, pero éste la había utilizado para transportar unos colonos a Valle Huemules. Luego continúa el relato:
“Por fortuna, esta determinación no nos atrasó gran cosa, pues encontramos en el puesto de Steinfeld los elementos necesarios para organizar siquiera provisoriamente la caravana, hasta que hubiéramos recuperado las monturas, aparejos y demás útiles de viaje que habían quedado en el depósito establecido en el valle del río Cisnes. Compramos una tropilla de 13 caballos y dejamos todo listo para la partida que se fijó para la mañana del día 30.” (Steften, 1910).
En 1902, Steinfeld guió hasta el lago La Plata a Aarón de Anchorena, un acaudalado miembro de la aristocracia argentina de la época, y su comitiva de 14 hombres. Entre ellos se encontraba el cacique tehuelche Kánkel, quien había guiado a Anchorena hasta el lago Fontana para cazar huemules y vacas salvajes.
Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado
1 comentario
Excelente reseña tan entretenida como veraz! He vivido en Sarmiento hace muchos años y me gustó el pueblo, hoy ciudad y sus gentes. Inauguramos el 2do. año de la Escuela Secundaria! Tenía 14 años!