lunes, 9 de junio de 2025

A pocos kilómetros de Valcheta, en el área Amarillo Grande, comenzó otra etapa de trabajos de exploración para confirmar el potencial del depósito Ivana. El Gobierno provincial estima que en un plazo de dos a tres años la mina podría estar operativa.

Las perforaciones exploratorias en el depósito Ivana, cerca de Valcheta.

Con una nueva campaña de perforación en el marco de la etapa de Evaluación Económica Preliminar, los trabajos en el depósito de uranio y vanadio Ivana, cerca de Valcheta, avanzan con el objetivo de que en un plazo de dos a tres años la mina esté operativa.

Para la etapa de exploración está proyectada una inversión de 35 millones de dólares y si se decide la construcción y desarrollo de la mina se sumarían otros 160 millones de dólares, se informó desde la Secretaría de Minería de Río Negro.

El depósito uranio Ivana forma parte de un bloque mayor conocido como Amarillo Grande, cuya potencialidad se viene evaluando hace dos décadas y tiene la particularidad que el mineral se extraería en una mina a cielo abierto como en una cantera, ya que el uranio está cerca de la superficie. El vanadio que también se sacaría se utiliza en la producción de acero.

Los actuales trabajos de exploración los lleva adelante Ivana Minerales, la empresa producto de la fusión entre Minera Cielo Azul (subsidiaria local de la canadiense Blue Sky) y Corporación América, del empresario Eduardo Eurnekian.

La campaña de exploración está previsto que dure entre cuatro y seis meses. Con el material obtenido se realizarán pruebas de laboratorio y si los resultados son satisfactorios, se avanzará en estudios geoquímicos que precisen aún más la calidad y cantidad de mineral en Ivana.

El paso siguiente será la etapa de factibilidad económica del proyecto. La proyección económica de la mina “es lo que necesitan los acreedores en bolsa para decir que es una mina económicamente rentable y empezar a desarrollar el proyecto de mina”, indico Joaquín Aberastain, titular del área de minería de la provincia.

Para llegar a la etapa final de construcción de la mina se deberá realizar una audiencia pública como la que se hizo el año pasado en Jacobacci por el Proyecto Calcatreu – de extracción de oro y plata-, que ahora está en etapa de construcción y que se espera esté operativo en 2026.

“Con un escenario optimista, podríamos decir que en dos o tres años podríamos llegar a tener otra otra mina en la Provincia”, precisó Aberastain en diálogo con Río Negro.

El secretario de Minería indicó que hay varios proyectos de minado de uranio en el país, pero Ivana es el más avanzado, no solo en calidad del yacimiento sino también por el escenario “científico nuclear que tiene Río Negro”.

En este sentido, señaló como clave también como factor de seguridad jurídica para los inversores la presencia en la provincia del Instituto Balseiro, de Invap y del Complejo Tecnológico Pilcaniyeu, de la Comisión Nacional de Energía Atómica. La seguridad jurídica es fundamental por los plazos a largo plazo que maneja la minería.

Dentro de las potencialidades que Ivana representa para Argentina está la posibilidad de generar en el país el uranio que se utiliza en las centrales nucleares del país, y que actualmente es importado.

En ese sentido, Aberastain habló de que Ivana representa la oportunidad de tener “soberanía” sobre un recurso que hoy está demandando en el mundo y que es clave en el proceso de descarbonización a través de la producción de energía nuclear.

Por último, destacó que tanto Ivana como Calcatreu son emprendimientos mineros pequeños y medianos, lo que es más positivo para la provincia que la megaminería que se desarrolla en otras jurisdicciones.

El aspecto ambiental, un ítem clave del Proyecto Ivana

Las licencia ambiental es una de las claves de la actividad minera. En este sentido, a finales de mayo se realizó en el depósito Ivana el primer muestreo participativo del agua, uno de los pasos fundamentales para comprobar que no haya contaminación en las distintas etapas de trabajo.

La intendenta de Valcheta, Yamila Direne, que se mostró cauta sobre los plazos del proyecto, destacó la participación que tuvo el muestreo participativo.

“Se realizó con mucho compromiso no solo de la empresa, sino también del organismo de control de la provincia (DPA), y la participación de instituciones como bomberos, municipio, escuelas primarias, secundarias y docentes”, precisó.

La intendenta señalo que se llegará a la construcción de la mina “si cuenta con el consenso social y se cumple con todos los parámetros ambientales que corresponden”.

Direne indicó que para la concreción de la mina se deben dar una serie de condiciones que la llevan a tratar de administrar las expectativas que hay en el pueblo, mientras se habla de los millones de dólares que se invertirán en el Proyecto Ivana.

En este sentido informó que hasta ahora hay 13 personas del pueblo que está a la vera de la Ruta 23 que que fueron contratadas por la empresa Ivana Minerales.

También la empresa está utilizando proveedores locales en la medida de lo posible.
La intendenta recordó que Valcheta, un pueblo originariamente ganadero, fue golpeado en su momento por la sequía, luego por inundaciones, y ahora nuevamente por la sequía.

La localidad pasó de la ganadería ovina a la bovina en los últimos años y ha podido desarrollar una pequeña actividad turística con el bosque petrificado que está en su ejido.

La intendenta contó que con la planificación a mediano y largo plazo que vienen realizando se logró instalar en Valcheta una tecnicatura en operaciones mineras, que consta de tres años, y que apunta a generar perfiles laborales necesarios para la actividad que se desarrollará si prospera la mina Ivana.

“Creo que hemos estado siempre esperando una oportunidad de desarrollo y creo que con este con este proyecto podemos tenerla”.

Yamila Direne, intendenta de Valcheta.

“Creo que hemos estado siempre esperando una oportunidad de desarrollo y creo que con este con este proyecto podemos tenerla”, se esperanzó la intendenta, que también mencionó la obra del Oleoducto Vaca Muerta Sur como un proyecto que ya está impactando en la localidad de la Región Sur de Río Negro.

Qué es un muestreo participativo del agua en un proyecto minero
El primer muestreo participativo de aguas del proyecto minero Depósito Ivana, ubicado en cerca de Valcheta, se realizó a finales de mayo con el objetivo controlar y resguardar los recursos hídricos en el marco del inicio de actividades exploratorias.

Las muestras de agua se toman antes, durante y después de los trabajos de exploración, en distintos lugares por donde fluye el recurso, para hacer una trazabilidad a lo largo de todo el proyecto.

El procedimiento, que tuvo lugar el 28 de mayo, lo lideró la consultora especializada Hidroar S.A. tomó muestras de agua subterránea en tres puntos estratégicos: aguas arriba, dentro del área del proyecto y aguas abajo. Paralelamente, el DPA realizó contramuestras para su análisis independiente en laboratorios certificados, garantizando así un doble control sobre los resultados.

El uranio, un mineral que está presente en casi toda la Patagonia
En el macizo patagónico hay presencia de uranio en lo que alguna vez fueron cuencas o cauces fluviales. “El mineral es el mismo en todo el planeta; está muy diluido en la roca estéril”, apunta el físico Eduardo Santos, que presidió la Comisión Nacional de Energía Atómica a finales de los 90.

La separación es similar a la de la plata o el oro: lixiviación con cianuro, un proceso que enciende alarmas ambientales cada vez que se lo nombra. «De una tonelada en el mejor de los casos se recupera unos pocos kilos de mineral», enseña Santos.

Es arduo de entender (y de explicar al que le cuesta entender), pero el uranio tiene dos isótopos, cuyas masas los definen como 235 y 238. El primero es el que se usa en algunos reactores atómicos.

Ese enriquecimiento tiene grados: en la naturaleza aparece en un 0,75%, para una central de generación de electricidad se precisa alcanzar entre el 3% y el 4%, y para los reactores de investigación se necesita un enriquecimiento del 20%.

El enriquecimiento consiste en separar el uranio 235 del uranio 238.

Argentina viene desarrollando una planta de enriquecimiento de Uranio en Pilcaniyeu, hacia el oeste de la Línea Sur rionegrina.

Santos trabajó durante años allí y se entusiasma cuando habla de eso. Cuenta que hasta ahora lograron enriquecimientos de entre el 1% y 2% mediante uno de los tantos procesos que existen.

Ese proceso consiste en convertir el sólido en gaseoso (hexafloruro de uranio) y hacerlo pasar por una membrana tan precisa que uno de los dos isótopos la traspasa primero (es más liviano). Como se ve, el procedimiento tiene una parte química y otra esencialmente física.

Un reactor de potencia, de 1.000 megavatios (MW), necesita para funcionar unas 100 toneladas por año de uranio enriquecido.

La fisión de un átomo de uranio es lo que libera la energía (calor) que calienta un circuito cerrado de vapor para mover las turbinas que generan electricidad.

Las centrales Atucha I y II utilizan uranio como combustible pero sin enriquecer en reactores con agua pesada presurizada.

 

 

Fuente: Diario Río Negro

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