
Después de ingentes esfuerzos, primeramente atendido a la construcción del edificio de la fábrica y dependencias, y luego con la instalación de las maquinarias, para el día martes 10 de setiembre de 1912, quedó inaugurada una industria que en pocos años llegó a tener un lugar de prominencia entre sus similares de todo el país, por la calidad del producto ofrecido. Me refiero a la Cervecería “La Argentina”, cuyo propietario, el señor Kurt Guttwein hizo famosa a su cerveza, a la que puso el nombre de “Chubut”; la fábrica estaba ubicada en la hoy cale A. P. Bell, entre 28 de Julio y Julio A. Roca, constituyéndose así en la cuarta industria instalada en Trelew, pero sin lugar a dudas, la más importante de todas. Como el problema del agua corriente no estaba aún del todo resuelto, se le autorizó al señor K. Guttwein a instalar un molino a viento, pero con la condición que debía levantarlo, sin derecho a reclamo alguno, cuando el Municipio completase las instalaciones de aguas corrientes. Muchos se preguntaban a qué se debía la extraordinaria calidad de la Cerveza Chubut, pero muy pocos tenían conocimiento que ello se debía primordialmente a la calidad del agua empleada para su elaboración, la que, enviada a Europa para ser analizada, resulto ser, por sus componentes, ideal para este fin. Muchos años más tarde, corroborando lo expuesto, tuve oportunidad de tener en mis manos el análisis Nº1,700, del 21 de octubre de 1938, de la firma Lockwood y Cia., de la calle Moreno Nº 756 de Buenos Aires, referido a aguas locales enviadas para ser analizadas y después de dar distintos porcentajes de sus componentes, en el renglón “Observaciones”, informa: “excelente en cuanto a su apariencia, reacción, deposito, color y olor. Conceptuada como una de las mejores para la fabricación de cervezas”.
No es de extrañar que el señor K. Guttwein, con larga experiencia adquirida en Alemania, su país natal, antes de venir a la Argentina, haya impuesto su producto en algunas provincias del norte y en toda la Patagonia, pues a la excelente calidad de sus cervezas, unía la de los precios, los que resultaban sumamente acomodados, como se podrá apreciar por lo que les expongo a continuación, extraídos de un aviso publicado en la prensa local: Cerveza blanca o negra $ 2,70 m/n la docena y en barriles $ 0,27 m/n el litro. En cuanto a los envases, estos se suministraban previo pago de un pequeño depósito de garantía.
Por muchos años esta industria, de la que toda la población de Trelew se sentía orgullosa, resultó ser una segura fuente de trabajo para muchas familias muchos serán también los bajo recuerden con nostalgia a los productos de esta industria, la que instalada en un medio tan pequeño como aislado, tal en toda la zona eliminar prácticamente de sus similares “Quilmes” y “Palermo”. También serán muchos los que recuerden el paso por las calles de la ciudad de la figura regordeta y no muy alta, del señor Guttwein, con su clásico chambergo, con su bastón y con su infaltable cigarro entre los labios. La grave crisis económica que padeciera el país en 1930, también afectó de sobremanera a esta industria local, pues a pesar de haber rebajado los precios, prácticamente las ventas se encontraban paralizadas. Por eso no fue de extrañar que en marzo de 1932, se decretara la quiebra de Cervecería Guttwein y Cía., con un activo de $270.833,80 y un pasivo de $ 171.960,26. Para ello se nombró contador al señor Fernando Paternoster y acreedores interventores al Banco de la Nación Trelew y a doña Martha Kratzemberg.
Para el progreso de Trelew y su zona, el cierre de la cervecería representó un fuerte retroceso, en ocasión de ausentarse el señor Guttwein, en el año 1931, para trasladarse a vivir con su familia a la ciudad de Rosario, ya que la fábrica permaneció paralizada por varios años, hasta que en 1938 fue adquirida por la Cía. Cervecera del Sud, cuyo propietario era el señor Miguel Norzagaray.
Fragmento del libro “Trelew, un desafío patagónico”, de Matthew Henry Jones (El Regional)