
Hasta la actualidad, se creía que las reservas indígenas del departamento Río Senguer se crearon en los sitios donde residía cada tribu. Sin embargo, el proceso fue más complejo. Hasta el momento de la creación de las reservas, las tribus pasaron por distintas etapas que muestran que sus sitios de residencia fueron otros, y que no siempre se establecieron de forma comunitaria: a principios del siglo XX, siete de las ocho tribus se disolvieron, luego los grupos familiares que conformaban las tribus se dispersaron por el territorio y se establecieron de forma individual para dedicarse a la ganadería en pequeña escala y más tarde el Gobierno creó cinco reservas y reagrupó en tomo a la figura de sus antiguos lideres a aquellas familias que la unían lazos de parentesco.
Entre 1902 y la primera mitad de la década del 20, excepto una, las tribus establecidas en el departamento Río Senguer se disolvieron. Los individuos que las integraban abandonaron la vida comunitaria de las tolderías, se dispersaron por el territorio y adoptaron las prácticas económicas introducidas por los colonos para procurarse el sustento. Desde entonces se dedicaron a la crianza de ganado lanar y caballar y, en menor medida, de vacunos. El otorgar tierras a los indígenas respondió a una política de “destribalización” implementada desde el Gobierno Nacional, que buscó quebrar la organización tribal para asimilarlos a la sociedad occidental.
A varias familias indígenas, entre los que se contaban seis caciques, se les concedieron lotes de 625 hectáreas en Colonia Ensanche Sarmiento, los restantes se establecieron en el cordón de Pastos Blancos, en el valle de Apeleg, en Payagniyeo (sierra situada en inmediaciones del actual pueblo Alto Río Senguer) en torno al extinto poblado Paso Moreno y en el curso inferior del río Mayo. Entre tanto, la única tribu quenmarche Quista 1916 su tradicional modo de vida fue del tehuelche Quilchamal, que hasta entonces deambulaba entre el valle del río Mayo y las inmediaciones del rio Guenguel (afluente del Mayo). En 1916 se estableció en la reserva creada en el valle del Chalía
En 1919, el jefe de una subcomisión de la Dirección de Tierras que inspeccionó el territorio, formuló la siguiente apreciación acerca de los indígenas establecidos en el departamento y en particular de los caciques Quilchamal y Sacamata:
“A nuestro juicio deberían desaparecer ya las denominaciones de cacique y tribu, siquiera en homenaje al progreso alcanzado por el país, y sobre todo en el caso que nos ocupa, en que tales vocablos no pueden ser aplicados en la práctica”.
“Juan Sacamata, indígena, no es cacique ni tiene tribu, al igual que otros indígenas con idénticos títulos que residen en el territorio (Tessart, 1920)
Entre 1916 y 1924 se crearon las cinco reservas indígenas departamento. De ese modo, cinco caciques que habían dejado de serlo, recuperaron su liderazgo y volvieron a comandar a las familias que hasta dos décadas atrás habían integrado su tribu. Al mismo tiempo, los establecidos en Colonia Ensanche Sarmiento pudieron conservar sus lotes.
Sólo una de las tribus, la de Esteban Tracaleu, solía frecuentar el sitio que se le asignó como reserva. En los casos restantes, las reservas se crearon en lotes que contaban con la presencia dispersa de indígenas, pero que de ningún modo conformaban una tribu: Pastos Blancos, Bajo La Cancha, Loma Redonda, Payagniyeo.
En cambio, las tribus de los caciques tehuelches Maniqueque, Kánkel y Salpú, no volvieron a reagruparse; y algunos individuos y familias que las integraron fueron absorbidos por las tribus se establecieron en las reservas.
Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado.