
La cañonera chilena Magallanes apresó en aguas argentinas a la barca francesa Jeanne Amelie, como parte de la sistemática oposición al ejercicio de nuestra soberanía en la Patagonia.
El ex-gobernador de Punta Arenas, Dublé Almeida, fue quien ordenó la captura de esta barca en abril de 1876 por parte de la cañonera Magallanes.
Los hechos ocurrieron de la siguiente manera:
El 27/04/1876, la barca francesa Jeanne Amelie, despachada de Montevideo para cargar guano en la costa patagónica, se encontraba en esa tarea, en la Isla de Monte León, entre los 50º y 51º de latitud Sur, cuando el capitán Latorre de la corbeta chilena Magallanes, obligó a suspender la carga, transbordó a su buque a los tripulantes de la barca, la tripuló con gente suya, y la condujo rumbo a Punta Arenas, todo ello en nombre de supuestos derechos de Chile. Pero la Jeanne Amelie no llegó a Punta Arenas, porque naufragó a la entrada del estrecho de Magallanes, hundiéndose con las 490 toneladas de carga.
Este acto caprichoso, enfrentó a los gobiernos de Francia, la Argentina y Chile.
En diciembre de 1876, Francia reclamó indemnización por los perjuicios sufridos por los propietarios y tripulantes franceses de la Jeanne Amelie.
El Dr. Irigoyen contestó que ya el gobierno argentino había solicitado del chileno las indemnizaciones del caso. El 03/04/1877, el gobierno de Versalles se negaba terminantemente a subordinar al resultado de la controversia chileno-argentina la reparación solicitada por los perjuicios sufridos por la Jeanne Amelie.
La controversia chileno-argentina fue resuelta en 1878, mediante el acuerdo de someterla a la decisión del árbitro que debía resolver la cuestión de límites en general; pero la reclamación francesa no se liquidó sino el 30/05/1885, en que el ministro argentino de Relaciones Exteriores, Dr. Francisco J. Ortiz y el ministro chileno en Buenos Aires, D. Ambrosio Mont, firmaron un protocolo por el cual se estableció que ambos gobiernos se comprometían a abonar por mitad a los reclamantes franceses la suma que resultase debérseles legítimamente por razón de los perjuicios sufridos en la captura de la Jeanne Amelie, debiendo lo acordado anunciarse al gobierno de Francia. Como se ve, se tomó un término medio que bien podría ser calificado de salomónico.