martes, 16 de septiembre de 2025

 

El productor Beltrán Beroqui, poblador de toda la vida en José de San Martín y exintendente de la localidad, encendió la alarma por el impacto que genera la proliferación de pumas en los campos de la región. “Hace quince años atrás no teníamos pumas en la zona. Hoy se están multiplicando y cada vez es más difícil sostener la producción ovina”, advirtió.

Beroqui explicó que en encuentros vinculados a la actividad ganadera consultó a funcionarios provinciales y le confirmaron que el puma figura como especie protegida, lo que limita las posibilidades de defensa de los productores. “Me dijeron que incluso hay ejemplares con chips para seguimiento satelital. Si uno llega a matar un puma que está marcado, puede terminar en un juicio”, relató.

El productor, que posee alrededor de cuatro mil ovinos y emplea a cuatro peones, cuestionó la falta de equilibrio en las decisiones oficiales: “Acá hay familias que viven de esto. Vale más la vida del puma que la de los trabajadores que sostienen a sus familias con el sueldo de un campo. El puma no produce, no genera valor agregado. Nosotros sí”, sostuvo.

Reservas privadas y efectos colaterales

Beroqui también apuntó contra el fenómeno del despoblamiento de estancias compradas por extranjeros o fundaciones privadas, que son transformadas en reservorios naturales. “Un norteamericano compró una estancia lindera a la mía y sacó toda la hacienda. Eso genera que aumenten los zorros, los guanacos y los pumas. Y los que sufrimos las consecuencias somos los vecinos, porque los predadores no se quedan en los alambrados”, explicó.

El caso, comparó, replica lo sucedido en otras zonas de la provincia como Camarones, donde organizaciones privadas adquirieron grandes extensiones de tierra y dejaron avanzar la fauna silvestre. “El campo que se despuebla termina presionando sobre el vecino productivo. Primero lo complican con los ataques, y después ese campo queda barato y lo terminan comprando”, señaló.

Reclamo por controles

El exintendente dejó en claro que los productores no piden subsidios ni compensaciones, pero sí reclaman al Estado provincial mayor presencia. “Queremos que se hable del tema y que haya algún control. No puede ser que el productor esté atado de manos mientras la hacienda se pierde”, dijo.

Además, advirtió que el problema no se limita al puma: “Donde antes no había guanacos, hoy tenemos más de cien en un cuadro. Se va repitiendo lo que pasó en la meseta y en la costa. Esto ya se nos viene encima en José de San Martín”.

Beroqui cerró con un pedido concreto: “La provincia tiene que decidir si va a proteger al productor o dejar que el campo se llene de predadores. No queremos subsidios, queremos reglas claras y controles”.

 

Nota elaborada en base a declaraciones a LU20

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