En febrero de 2020, el intendente de Rawson, Damián Biss, anunció que sanearía las cuentas municipales a través de la venta de terrenos fiscales, con lo recaudado crearía un fondo anticíclico que le permitiría manejarse con cierta holgura y contar con un fondo guardado ante cualquier emergencia.
En poco tiempo, el municipio recaudó más de dos millones de dólares por venta pública de terrenos fiscales, que incluyó un macizo al gremio de Luz y Fuerza y terrenos en zonas norte y sur de Playa Unión.
Además, la estrecha relación con el entonces gobernador Mariano Arcioni le permitió recibir distintos aportes extraordinarios por un total de casi $300 millones (que equivalían en ese entonces a 1 millón de dólares) con los que pagó los haberes de los municipales durante años.
A través de la Ley del Fondo Ambiental Pesquero, destinada a obras de saneamiento en las ciudades portuarias, la gestión Biss recibió a comienzos del año pasado $ 190.000.000, que a cotización de enero de 2023 significaba más de UN MILLÓN DE DÓLARES.
A esos 4 millones de dólares, que no se saben dónde están, hay que sumarle los cientos de millones de pesos que el gobierno de Biss recaudó por el programa Lotear, el dinero de los muchos vecinos que pagaron el pavimento de sus cuadras y no les hicieron las obras y todos el dinero que el actual gobierno provincial aportó en los últimos meses en concepto de subsidios para afrontar “desajustes financieros”.
A pesar de toda esa millonada, la Municipalidad no acomodó las cuentas jamás: no puede pagar los sueldos (sigue pagando de forma escalonada), el fondo anticíclico nunca se creó, no invierte en obras, no compra maquinaria (ni siquiera puede arreglar las que se rompen), tiene juicios y embargos por incapacidades propias y todos los meses dependen de la caridad del gobierno provincial para no colapsar.
Con muchos menos ingresos, localidad como el de Gaiman o Dolavon pagan los sueldos los primeros días de cada mes, tienen sus cuentas al día con proveedores, compran maquinaria para equipar al Municipio e invierten en obras para los vecinos.
Gaiman, con Darío James, y El Hoyo, con Cesar Salamin, intendentes que asumieron con municipalidades explotadas, hoy pagan los sueldos al día, compran equipos y hacen obras. Mención aparte para Trelew que en pocos meses ordenó la administración, emprolijó las finanzas y con fondos propios está haciendo obras y comprando equipamiento. La gestión Biss, en cambio, anuncios repetidos, enormes gastos de publicidad y una constante y permanente mentira.