Mucho antes de empezar el siglo XX, en los antiguos planos o mapas había una gran extensión de tierras, campos abiertos, que pertenecían a Juan Maupas; allí se encuentra hoy la estancia “La Maciega”, en campos ubicados al sur del paralelo 44, entre los meridianos 65 y 66.
Dicho establecimiento fue fundado en 1890 por Juan Maupas, quien se dedicó a la cría de ovinos, y si bien no hay registros de su tipo, es probable que se tratara de ovejas malvineras, entrecruzamiento de Romney y Cheviot, que era utilizado en las islas y con el que se colonizó esta zona.
Se sabe que en el año 1893, ya era un establecimiento de importancia en la zona, aún cuando no estaba alambrado en su totalidad. Se utilizaba un sistema de aparcería para la explotación lanar. La estancia nació en el próspero fin de siglo, cuando la población del país se duplicó, a causa de la inmigración y las tierras, engrandecidas por la Colonización de la Patagonia. Resultó interesante la innovación del alambrado y las primitivas casas de chapa forrada de madera, muy prácticas, que llegaban de Europa y eran prefabricadas y se armaban rápidamente. Este sistema tuvo gran utilidad en la pampa húmeda, porque el material rechazaba el ataque incendiario de los indios. En una fotografía de fines de siglo XIX figura ya un chalet de madera y el gran galpón actual de esquila.
La extensión del campo, en ese entonces, era de 13 leguas cuadradas y se explotaba alrededor de 10.000 lanares.
El camino entre Trelew y el sur era una huella por la costa, apenas un sendero para el tráfico de carruajes, viajeros, haciendas, cuyo trazado lleno de vericuetos pasaba por estos campos, no tan cerca de la costa por lo accidentado del terreno. Los viajeros siempre hacían un alto en su transitar de días y acampaban en este lugar, frente a la estancia.
ESTANCIA “LA MACIEGA”
MACIEGA: Especie de hierba de hoja parecida a la espadaña, Diccionario. Océano Uno. 1991.
Frente a la entrada, en el bajo del camino, donde hoy se encuentra el casco de la estancia, fue el lugar elegido para campamento, donde las tropas pasaban la noche y los troperos descansaban, pues tenían a mano las vertientes de agua. De tiempos pretéritos viene el nombre de la estancia, y no es raro pensar que era un punto de referencia y… “te espero en las maciegas”… “hacemos alto en maciega” o… “pasamos la noche en maciega”, haya dado el nombre a la estancia.
Siempre creí que maciega era sinónimo de cortadera, que es una planta de hojas alternas, largas y planas, cuyos bordes sumamente finos cortan como navaja, crece en terrenos pantanosos y su tallo se emplea para tejer cuerdas y sombreros. Por lo tanto maciega es el lugar donde crece la cortadera, MACIEGAL. Generalmente donde hay cortaderas, hay agua potable, lloraderos o manantiales; las cortaderas son el bello ornamento de las pampas.
Cuando llegar al sur sólo era posible por las huellas de la costa, transitaban estos senderos y parajes pobladores a caballo o en una vagoneta tirada por mulas. Tropas de carros arriando la tropilla, trazando huellas, en una vida de sacrificios, durmiendo sobre recados a la intemperie, soportando temporales de viento, de nieve con temperaturas de veinte o más grados bajo cero. Aguantando solazos en veranos de gran sequía, hambre y sed, los hombres no se apartaban mucho de la costa del mar. Así nacieron las aldeas, porque las primeras poblaciones fueron, esencialmente, costeras.
En mapas anteriores al siglo ya figuraba Juan Maupas como dueño de estas tierras. La estancia Maupas aparecía en un mapa de 1893, donde estaba escrito también Wenceslao Escalante. Ya era propiedad de los primeros ocupantes. (W. Escalante actuó en la 2º presidencia de Roca, en Obras Públicas. Posteriormente ocupó la vacante de Agricultura, por renuncia de Exequiel Ramos Mejía)
Las tierras de Maupas fueron compradas a los EXPEDICIONARIOS DEL DESIERTO.
Diez años antes de 1900 se encontraban asentados allí, había instalaciones de una gran explotación ganadera, corrales y casas de pircas para el personal. La casa principal era de madera, al estilo del lejano oeste, con techos a varias aguas, estufas a leña y un baño con tina.
Según un decir de don Félix Sarlangue, esta casa se quemó el mismo año que la casa de la Estancia La Margarita, de propiedad de Don Walter Bocking. Ambas casas eran similares (1904).
Para reforzar esta crónica, en 1899, Mario Tomás Perón trató en casa de sus padres a los Hermanos Maupas, que estaban interesados en mejorar la explotación de sus haciendas en Chubut. No tardaron mucho en concretar un buen trato y en la primavera de 1900 partió Don Mario Tomás con 500 cabezas de ganado al Chubut, donde se hizo cargo de la estancia.
Enrique Pavón Pereira, en su biografía de la Familia Perón, afirma que la familia Maupas estaba emparentada con los Perón.
Fragento del libro “Pioneros de la costa del Chubut”, de Isabel Caminoa de Heinken