
Al comenzar la década del ’50, el pueblo respira optimismo. Por un lado, están en plena ejecución las obras iniciadas por la Gobernación Militar, lo que cambiará por completo la fisonomía del pueblo. Al mismo tiempo, la actividad industrial, como las destilerías y la planta de cinc, dan crédito a las expectativas de crecimiento. El pueblo se siente, convencido, la capital austral del trabajo.
La pujanza del pueblo se contagia en todos los ámbitos. Lo reflejan los diarios de la época, se palpa en las construcciones que están en marcha. Hay trabajo, los campamentos petroleros están a pleno y el tren los comunica con el pueblo. Comodoro tiene tanto poder, que ha extendido sus dominios hacia el mar. Las obras de la Gobernación Militar con fondos del Plan Quinquenal, la actividad industrial y el importante movimiento del comercio conforman un contexto de optimismo que sin embargo no logra disimular los principales problemas del pueblo: la falta de agua y el desordenado crecimiento urbano, que hará eclosión en la década siguiente.
Es una década de cambios drásticos: desde la presencia militar en el manejo de la cosa pública, hasta la provincialización del Chubut y el retorno de Comodoro Rivadavia a los límites de este territorio, abriéndose un período institucional en el que el pueblo y la provincia consagrarán a sus primeras autoridades elegidas por el voto popular.
“El Comodoro de antaño, con su puñado de casas irregularmente diseminadas a lo largo de la costa, no preocupaba a nadie. Pero hoy la aldehuela se ha convertido en ciudad que con pujanza nada común marcha hacia un destino glorioso. El descubrimiento del petróleo fue un acontecimiento de trascendental importancia. La actual radicación de industrias como la planta de cinc y la fábrica de cemento y otras han multiplicado su potencialidad económica y le han abierto nuevos y amplios horizontes para un futuro que se presenta promisorio como en pocos lugares de la República” (“Cincuentenario de Comodoro Rivadavia”. Diario El Rivadavia 1951)
Extraído del libro “Crónicas del Centenario”