Si bien no se conoce el número exacto, se sabe que el Estado provincial cuenta con unos 55.000 empleados públicos. Dependiendo de la fuente que se consulte, el número varia en algunos miles para abajo o para arriba, pero se está cerca de esa cifra que, a todas luces, suena impactante, más aún si se tiene en cuenta que Chubut es una provincia pequeña de no más de 600.000 habitantes.
La sobrepoblación de personal está al descubierto en todos los organismos públicos, cualquier vecino que haya tenido que hacer un trámite en un Ministerio seguramente se topó con oficinas repletas de personal donde hay más empleados que escritorios (ni hablar de computadoras) y un montón de gente que camina por los pasillos sin hacer una actividad concreta.
En este contexto de sobreabundancia de mano de obra disponible suena obsceno, irrespetuoso y hasta insultante con quienes son empleados del Estado y quieren trabajar y progresar, que el gobierno contrate gente de afuera para que realice tareas de confección de actos administrativos y análisis de documentos.
Sí, leyó bien, la Dirección General de Rentas contrató a personas externas a la administración pública provincial para que realicen “tareas tales como confección de actos administrativos, intimaciones y determinaciones impositivas a contribuyentes, análisis de documentación del impuesto inmobiliario rural y tasas retributivas de Servicios”. Y no contrató a una sino a 6 personas, a las que se les abonará un total de 450.000 por el tiempo que dure el trabajo.
¿No hay personas capaces de realizar esas tareas entre los 55.000 empleados públicos que tiene la provincia? Sin ánimo de menospreciar la labor, la Dirección de Rentan no salió a buscar un físico cuántico porque no cuanta con personal calificado para realizar tareas muy específicas, sino que tomó gente para realizar tareas administrativas, posiblemente el rubro más populoso dentro de la administración pública.
Los ministerios están colmados de gente capacitada para hacer estas tareas y seguramente les encantaría hacerlo en Rentas donde el personal percibe salarios muy por encima del resto de las reparticiones del Estado.