miércoles, 15 de enero de 2025

En los años posteriores a 1880 varias expediciones argentinas y chilenas recorrieron la zona de Corcovado. La vida de las sociedades indígenas de la Patagonia había sido ya altamente impactada por el avance militar del Estado argentino y ambos países trataban de reconocer y ocupar el territorio.

Después de la publicación de la obra de Musters no pasarían muchos años para que la región comenzara ser transitada por nuevas expediciones, precisamente motivadas por las actividades de caza a propias de los grupos indígenas, sino por el interés de los gobiernos de Argentina y de Chile de afirmar su soberanía en áreas que, según la descripción transcripta más arriba, hacían presagiar importantes posibilidades de desarrollo. Para ambos países era fundamental conocer la geografía, especialmente el curso de los ríos, como en este caso, el Corcovado-Carrenleufú-Palena, para fundamentar derechos sobre el territorio. Por otra parte, el Estado argentino buscaba asentar su dominio a costa de someter a las tribus que ocupaban la Patagonia. Además, los colonos galeses, que se habían instalado en el Valle Inferior del río Chubut desde 1865, ansiaban expandirse hacia la Cordillera.

Entre los expedicionarios, científicos y militares, Moreno, Fontana, Burmeister, Moyano, por Argentina, Serrano Montaner y Steffen, por Chile, todos recorren y escriben. En sus relatos se advierten los mismos elogios al paisaje que hiciera Musters, pero también se advierte la tragedia del fin de una época y de la sociedad vital que éste describiera; los aborígenes vencidos, sus campamentos abandonados, las persecuciones de que eran objeto quienes ya no serían más los únicos y ancestrales conocedores de estos valle cordilleranos.

Libro “Corcovado, historias y recuerdos”

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