martes, 20 de mayo de 2025

 

 

Una investigación iniciada por una denuncia anónima y reforzada por una rápida actuación de la Policía y la Dirección de Bosques derivó en una serie de allanamientos que sacaron a la luz una compleja red de tala ilegal de madera en la zona de Lago Puelo y El Bolsón. La causa está en manos del fiscal Carlos Díaz Mayer, quien confirmó el secuestro de una gran cantidad de rollizos y madera procesada extraída sin autorización, además de maquinaria utilizada para su transformación.

La denuncia inicial se realizó entre el 8 y el 9 de abril, con información puntual sobre una explotación forestal irregular. El miércoles 10, personal de la Comisaría de Lago Puelo junto a agentes de Bosques constataron en el cerro Taza de Té –a la altura de la rotonda maderera de la Ruta 40– la presencia de aproximadamente mil rollizos talados sin autorización. A partir de ese hallazgo, se realizaron 15 allanamientos en Lago Puelo y El Bolsón en la última semana.

“Encontramos una gran cantidad de rollizos, madera cerrada y maquinaria, tanto en aserraderos no habilitados como en domicilios particulares, incluso en quinchos o galpones del fondo de viviendas”, detalló el fiscal Díaz Mayer. Algunos de los elementos secuestrados presentaban marcas de “martillo negro”, una señal utilizada por la Secretaría de Bosques para indicar que la madera no debe ser removida. “Evidentemente se movió, porque lo vimos”, subrayó el fiscal.

Además de los rollizos con marcas ilegales, se hallaron aserraderos portátiles que no estaban registrados ni autorizados, lo que constituye otra violación a la normativa vigente. En algunos casos, los involucrados incluso habían removido las marcas que identifican la procedencia de la madera, dificultando su rastreo.

La causa se encuadra, en esta etapa preliminar, en delitos vinculados al daño ambiental, hurto o robo de madera pública, y eventualmente, delitos contra la administración pública. “Creemos que hubo, al menos, vista gorda dentro de la Secretaría de Bosques. Podría haber existido una connivencia para permitir que estas maniobras se lleven a cabo”, afirmó Díaz Mayer.

Una de las claves que permitió avanzar en la investigación fue la nueva conducción de la Secretaría de Bosques, que impulsó las inspecciones y denuncias internas. Según testimonios, los vecinos ya venían alertando desde hace tiempo sobre la existencia de aserraderos clandestinos, visibles por el ruido constante de motosierras y maquinaria, incluso cerca de zonas pobladas.

La Fiscalía aún espera el resultado de informes técnicos y sumarios policiales para consolidar la hipótesis del caso y avanzar hacia una eventual acusación formal. Mientras tanto, se mantiene una consigna policial en la zona del cerro Taza de Té y continúan las diligencias en busca de más pruebas que puedan vincular a los responsables.

“Estamos tirando de un hilo que nos está llevando a descubrir muchas irregularidades”, concluyó Díaz Mayer.

 

 

Nota elaborada en base a declaraciones a FM del Lago de Esquel

Compartir.

Dejar un comentario