La ONG Cuatro Almas, con sede en Trelew, es un club de cultivo solidario de cannabis para uso medicinal que distribuye a pacientes registrados en el REPROCANN (Registro del Programa de Cannabis) y autorizados para usar la planta o sus derivados.
Cuatro Almas nació de una idea de Horacio Sabatini, quien fue de los primeros en la provincia en conseguir el registro del programa de cannabis. “Un día nos planteó la posibilidad de hacer un club y partir de ahí empezamos a interiorizarnos del aspecto legal, recibimos asesoría externa del estudio 420 con quienes somos aliados en cuanto al trabajo y a partir de allí lo socializamos con las otras dos almas, por eso somos cuatro, y estuvimos de acuerdo en dar inicio a esto, juntamos el equipo necesario, porque toda figura asociativa requiere de un mínimo de integrantes, donde algunos le ponían un poco de recurso económico, otros podían poner conocimiento o predisposición al trabajo y ahí formamos ya la asociación”, recordó Damián Domínguez, uno de los socios fundadores.
“A partir de allí recorrimos los pasos propios y burocráticos para tener la aprobación, y decidimos contarle al ciudadano de Trelew de qué se trataba nuestra propuesta para ver si había realmente un interés”, indicó.
La ONG creció rápidamente y cubrió el cupo legal de 50 socios adherente. “Hay personas que no saben cultivar y no pueden acceder a la planta de cannabis de una forma legal y va a haber una necesidad de darle una respuesta a eso, entonces en ese horizonte nos enfocamos y pudimos llegar a ese público”, afirmó Domínguez.
“La única forma de acceder al cannabis hoy en día de una forma que no sea el auto cultivándolo es por intermedio de organizaciones como nosotros. Es sorprendente la cantidad de abuelos que tocan la puerta con la necesidad de aceite, hoy en día la demanda es muy importante en cuanto a la población del aceite y cada vez son muchos los profesionales de la salud que se están capacitando, están estudiando y también ven los avances del cannabis, entonces es hacia ahí dónde vamos y vamos al mayor acceso a la población”, manifestó.
Los socios adherentes pueden cultivas hasta 9 plantas de cannabis que cuando se encuentran en estado de floración entregan a la ONG para que elabore el producto medicinal que tienen recetado por un profesional de la salud. “Bajo este formato, la persona afronta los costos del cannabis que se produce”, explicó Domínguez.
“Actualmente tenemos 50 socios adherentes y no podemos pasarnos de ese cupo, porque se demoran los permisos en la red local, entonces la persona se encuentra en una espera de unos 10 meses desde que inicia su trámite, lo que no permite que nosotros podamos producir el cannabis para esa persona. También sabemos que se han generado limitaciones propias del registro con el cambio de autoridades nacionales, que no se entiende ya que cada vez son más los profesionales de la salud que están recurriendo a este tipo de tratamientos alternativos”, aseguró.
“El espíritu de la ley es eliminar las barreras para el acceso oportuno del cannabis por parte de la población, y el Estado no las está eliminando, por el contrario está generando mayores barreras. Es por eso que estamos trabajando en una legislación provincial, en conjunto con algunos legisladores del bloque oficialista y la Federación de Clubes Cannábicos de Argentina, para que las ONG tengan el reconocimiento dentro del registro que se pretende crear, y que podamos acelerar todos esos procesos para que cualquier persona que desee formar parte de una asociación, porque entiende que los van a contener, los va a acompañar, va a generar información, educación al usuario de cómo debe responsablemente usarse ese cannabis, pueda hacerlo”, explicó.
Proceso de cultivo
“Cuando comenzó el club, la finalidad siempre fue intentar tener la mejor calidad en cultivos, hoy estamos implementando el cultivo hidropónico, una metodología de cultivo muy novedosa donde la planta siempre está sumergida en agua, en una solución en la cual encuentra toda su línea de nutrientes para generar un desarrollo óptimo y un crecimiento controlado”, expresó Horacio Sabatini.
“Utilizamos un sinfín de productos para de forma paulatina alimentar y nutricionar a nuestras plantas, que son genéticas mayormente nacionales, aunque por lo general uno comienza a trabajar con genéticas que se traen de afuera. Muchos utilizan la metodología de cruce y vas logrando nuevas variedades genéticas y nuevas plantas, nosotros lo que hacemos es la metodología de producción, cultivamos X genética para X fin, supongamos una genética alta en CBD, que es el componente que utilizan muchos los médicos para muchísimas dolencias y lo que hacemos es reproducirla en su mayor cantidad posible en el menor tiempo posible, eso nos lleva a un control absoluto de la producción y una maximización de la producción logrando mucha variedad de cannabis dependiendo del fin”, explicó Sabatini.